El Hércules tuvo que conformarse con un empate sin goles en Badalona pese a hacer méritos para llevarse los tres puntos del feudo catalán. Por ocasiones, dominio e intensidad el cuadro herculano se hizo acreedor de una mayor recompensa pero le faltó ese acierto final que decide los encuentros.

Eso sí también un poco de fortuna puesto que fue el palo en el primer periodo el que evitó un tanto de Yeray tras una acción ensayada.

El equipo de Mir planteó un encuentro de batalla. Corrió lo indecible y se adueñó en muchas fases del dominio del partido, pero le faltó esa pizca de suerte para poner el acento.

La tuvo Mainz en el primer periodo y también la tuvo Peña, cuyo disparo desde cerca la atrapó el portero.

En la segunda parte, la entrada al terreno de juego de Álex Gallar a portó un punto más de velocidad y hambre al juego alicantino.

Precisamente en este periodo también se dio un cambio inesperado ya que Álex Muñoz no pudo saltar al terreno de juego en la reanudación por un problema muscular y su plaza fue ocupada por Rojas.

En el último acto, la velocidad de Gallar y la presión y la aportación de Nieto pudieron también inaugurar el marcador. La ocasión más clara estuvo en las botas de Mainz, que por centímetro no acertó a rozar un balón de nieto que solo tenía que ser empujado para besar la mallas.

También hubo tiempo para el debut del canterano Salinas, que reemplazó a Mainz en la recta final del encuentro. Al joven alicantino le anuló un gol por fuera de juego claro y en la última acción del encuentro pudo anotar el gol del triunfo tras tocar un balón que se le había escapado al portero pero que no tomó la dirección adecuada.