De Ramonzuelo a Eldin, noventa años después. El trasiego de jugadores que han cruzado en ambas direcciones las dos principales aceras futbolísticas de la provincia de Alicante para vestir las camisetas del Elche y Hércules ha sido constante desde que ambos clubes participan en competición oficial. La proximidad geográfica de las ciudades ha favorecido el tránsito de futbolistas a lo largo del último siglo, con más de 60 profesionales del balón que han defendido ambos escudos.
De Ramonzuelo existe constancia de la llegada al Hércules a mitad de los años veinte, década en la que también jugó en Elche, si bien este alicantino formado en el Natación brilló con luz propia en Primera defendiendo los colores del Europa y del Oviedo.
Ya en la década de los treinta, el trasvase de un club a otro cobró resonancia con la llegada al Hércules de futbolistas con pasado ilicitano como Orriols, Irles y Tormo, que llegaron a jugar en Primera un año después de conseguir el ascenso en Bardin en 1934.
En ambos clubes han militado destacados jugadores con brillante trayectoria en Primera División. Uno de ellos es el portero Manolo Pazos, que todavía reside en Elche. Nacido en Cambados en 1930, Pazos llegó al Hércules en 1954 en calidad de cedido por el Real Madrid. Aquel año, con el conjunto herculano en Primera División, el excelente guardameta gallego brilló con luz propia al tiempo que quedó enamorado de la «terreta», circunstancia que después resultaría clave para su llegada al Elche. Esta se produjo en 1962, tras militar ocho años en el Atlético de Madrid. Pazos recibió varias ofertas, pero se inclinó por la del Elche al recordar con agrado su paso por el vecino rival. En Altabix ofreció un rendimiento excelente defendiendo la portería del club franjiverde durante siete campañas hasta que colgó los guantes en 1969.
También Luis Costa, entrenador que cobró fama dirigiendo al Real Zaragoza, defendió en su etapa de futbolista ambas escuadras. Tras despuntar como juvenil herculano, Costa fue traspasado por el Real Madrid en una operación que le reportó al Hércules la cesión de Luis Aragonés. El alicantino quedó enrolado con el equipo amateur del club merengue y un año después fue cedido al Elche, con el que debutó en Primera División con 19 años. En Altabix estuvo dos campañas (62-64) y acto seguido fue cedido de nuevo al Córdoba. El sorteo del servicio militar le deparó el campamento de Rabasa en Alicante, por lo que en la temporada 65-66 pudo debutar como profesional en el Hércules, que entonces militaba en Segunda, si bien una lesión en la clavícula solo le permitió disputar cinco partidos como blanquiazul.
En la década de los setenta, con Hércules y Elche en Primera División, destacó en ambos clubes Juan, un fino centrocampista ilicitano que murió años después de colgar las botas en un accidente de tráfico. Juan mostró su habilidad en el Elche cuatro años (73-77) y siete en el Hércules (77-83) si bien en las dos últimas campañas pasó desapercibido a causa de una lesión. Por esa época apareció también Antón, delantero nacido en Elche, donde desarrolló su carrera desde 1975 hasta 1979, año este último en el que se trasladó al Rico Pérez para defender la camiseta herculana hasta 1981.
El trasiego de jugadores por el «Camí Vell» que une Elche con Alicante ha sido más fluido con ambos equipos en Segunda División. Casos que levantaron polvareda entre los aficionados fueron los de Juanmi Gelabert, Moisés y Samuel. Por el contrario, también hubo intentos de fichajes que no cuajaron, entre ellos el interés del Elche por Eduardo Rodríguez, ídolo de la afición herculana, o la maniobra del Hércules por contratar a Nino, otrora referencia de la grada del Martínez Valero.
En el capítulo de entrenadores también se han dado nombres en común. Arsenio Iglesias, idolatrado por el Rico Pérez (73-77), fichó en 1979 por el Elche, donde sólo estuvo 26 semanas. Por su parte, Felipe Mesones, (6 campañas en distintas etapas) fue contratado dos veces por el Hércules (1977 y 1994) sumando solo 28 partidos.
Quique Hernández también se sentó en ambos banquillos, si bien queda más identificado con el Hércules, donde ostenta el récord de encuentros. Bordalás recaló en el Martínez Valero tras su paso por el Rico Pérez. Y hay que añadir a dos históricos: César Rodríguez, que ascendió con ambos clubes, y al francés Marcel Domingo.
