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«Benja» Rayos

El Rooney de San Isidro

El Rooney de San Isidro

En apenas un mes, la vida de Benjamín Rayos, Benja, ha dado un vuelco. Su ilusión por el fútbol se desvanecía a los 20 años al encontrarse sin equipo y con todas las puertas cerradas. Hizo la pretemporada con el filial del Sochaux francés pero no tuvo hueco en el país vecino. Se enroló varias semanas más tarde en el Crevillente para ponerse en forma y poco después le llegó la llamada telefónica que puede cambiar su carrera deportiva.

Gaspar Campillo, técnico del Hércules B, le convenció para que se incorporara al filial de Preferente pese a que no iba a cobrar ni un euro (como el resto de sus compañeros). Al entrenador ya le llamó la atención su olfato goleador cuando jugaba en el Muro la pasada temporada.

«Él nunca hasta ahora había jugado como delantero, sólo como extremo o mediapunta, pero en el filial necesitábamos un nueve y le mentalicé de que nos tenía que ayudar ahí», explica Campillo, a quien su intuición no le falló: «En tres partidos marcó cuatro goles y después llegó la llamada de Manolo Herrero, técnico del primer equipo».

Al preparador de Andújar le gustó Benja desde el primer entrenamiento: «Tiene cosas buenas, es rápido, le pega con las dos piernas y además su margen de mejora es enorme. Creo que nos puede ayudar y por eso va a seguir entrenando con el primer equipo», afirmó Herrero el domingo en Buñol, nada más acabar el partido ante el Levante Atlético en el que el delantero del filial jugó media hora.

Natural de San Isidro, en el vestuario le bautizaron el primer día como Wayne Rooney por su parecido físico con el internacional inglés. Fuera del campo destaca por su timidez y los primeros micrófonos que se ha encontrado delante le han puesto en más de un apuro. «Sólo puedo decir que estoy muy agradecido al cuerpo técnico por la oportunidad que me han dado y a los compañeros por cómo me están tratando», se limitó a decir nada más salir del vestuario visitante en Buñol.

Benja aprovechó el pasado fin de semana la ausencia del sancionado Mariano Sanz para debutar y está por ver si ahora tendrá continuidad en las convocatorias del primer equipo. Él no se hace ilusiones. «Tengo muy claro que soy jugador del Hércules B y en el primer equipo saben que me tienen aquí para lo que necesiten, ojalá pueda tener más oportunidades, pero, sinceramente, tener minutos en el Rico Pérez es algo que no se me pasa ahora por la cabeza. Voy a intentar trabajar de la mejor manera en los entrenamientos y a ver cómo va todo», afirmó ayer.

El joven atacante no pudo entrenar un día después de su debut por un esguince de tobillo del que ni siquiera se dio cuenta por los nervios: «De vuelta a Alicante, cuando paramos a comer vi que tenía el tobillo hinchado y me dolía, con todo eso del debut ni me había enterado. Es un esguince leve y el miércoles espero entrenar con normalidad».

Mientras el director deportivo Dani Barroso trabaja a destajo en la contratación de uno o dos delanteros, Herrero ya sabe que el Wayne Rooney de San Isidro está disponible y con ganas de comerse la hierba.

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