El técnico del Hércules Manolo Herrero apenas varió su discurso respecto al de los últimos cuatro partidos, todos finalizados con 1-1. «El fútbol no está siendo justo con nosotros», resumió el técnico jiennense, quien lamentó una vez más la poca pegada de su equipo. «Como ya nos pasó en Cornellá, el rival ha marcado en la única ocasión que ha tenido. El gol de chilena de la Pobla ha llegado en un centro aislado. Nosotros habremos metido 20 o 30 balones parecidos, pero sin premio», señaló.

Herrero consideró que su equipo «hace muchas cosas bien» pero «no somos capaces de conseguir que se refleje en el marcador». «Somos los mejores de un borde del área al otro, pero eso no vale, los partidos se deciden dentro y ahí estamos fallando. Nos cuesta un mundo hacer goles y los rivales nos los hacen con muy poco», insistió Herrero.

Incrédulo

El técnico del Hércules siguió con su discurso: «No es normal lo que nos está pasando y sigo pensando que los resultados no tardarán en llegar porque somos superiores a los rivales. Tampoco es fácil generar ocasiones porque los rivales defienden contra nosotros con siete u ocho jugadores, por eso los que llegan desde segunda línea como Peña generan más peligro», explicó.

En opinión de Herrero, el Hércules tenía «el partido controlado» hasta que llegó el gol de la Pobla en una jugada aislada. «No comparto la opinión de que fuéramos conservadores con el 1-0. El rival también juega y no conozco ningún equipo que domine los 90 minutos, si acaso el Barcelona. No estábamos pasando agobios aunque también es cierto que no generábamos ocasiones claras. Pero el 1-1 llegó en su única aproximación a nuestra área. Después reaccionamos y tuvimos tres clarísimas», insistió.

Respecto a su continuidad al frente del Hércules si los resultados siguen sin acompañar, Herrero señaló: «Todo puede pasar, yo tengo muy claro que en el fútbol mandan los resultados».

En este sentido, la continuidad de Herrero no está en entredicho por más que al término del encuentro se reunieran el director deportivo Dani Barroso y el dirigente Juan Carlos Ramírez.