Apurado por la necesidad, el Hércules remontó un duelo en el Nuevo Pepico Amat, cobijo de un Eldense que tiró de disciplina y esfuerzo para dar la talla en un encuentro exigente.

El derbi disputado ayer en Elda plasmó un atractivo enfrentamiento táctico entre dos técnicos que echaron mano de la libreta para ordenar y reordenar sus escuadras.

Fue el Eldense quien mordió primero en la recta final del primer periodo. Y fue el Hércules quien respondió con solvencia en la segunda parte para acorralar a su enemigo.

Ajustado al guión de Galiana, el cuadro azulgrana cerró grietas, presionó con criterio y salió cortando para aprovechar al contragolpe la oportunidad que se le brindó cuando la primera parte agonizaba. Resultó uno de esos encuentros comprometidos ante adversarios que saltan al césped con alto voltaje, intensos y con colmillo, con jugadores que exponen el alma en cada jugada.

El cuadro del Pepico Amat se manejó entre coordenadas interesantes. Motivado hasta las orejas, los azulgranas cumplieron obedientes las directrices de un técnico que afrontaba el derbi con las ideas claras. Sin sus centrales titulares en el campo, el Eldense encontró la cooperación de todos sus elementos para apagar el fuego en defensa. Y lo logró. Salvo algún despiste puntual que Atienza y Gato no acertaron a cristalizar, el equipo local mantuvo el tipo con muchísima dignidad en ese primer periodo.

Hasta el descanso, el Hércules alternó momentos claros con otros menos azules, pero en líneas generales pecó de faltó ambición. Sobre el césped artificial Yeray y Espinosa se estorbaban por la zona del mediocentro. Entre ambos y Miñano el fútbol no fluyó con la solvencia de otras ocasiones. Faltaba espacio entre tanto peón hasta tal punto que Espinosa nunca acabó de encontrar una baldosa desde donde pudiera ser útil.

Únicamente las arrancadas de Nieto por la derecha marcaban serio vértigo por el cuarto eldense, apretado atrás con muchos elementos para ir tapando agujeros.

Minutos antes del descanso, una acción de contragolpe, nacida un instante después de que Nieto reclamara un penalti en el área azulgrana por una mano de un defensor local, destapó el tarro en el Nuevo Pepico Amat. El Eldense armó la caballería y se fue con todo hacia arriba. Araujo envió el balón a la derecha, donde Ortega lo trasladó al segundo palo para que Piquero, llegando desde atrás, conectara un cabezazo inapelable. 1-0, m.42.

El vibrante contragolpe encontró el descuido parvulario de Atienza, inmóvil y mal ubicado en un centro que nunca debió llegar a su destino.

El plan desplegado por Galiana salía redondo.

Así se llegó al asueto, periodo utilizado por Manolo Herrero para rearmar la tropa. El jiennense sacó su vena más ambiciosa a relucir y ordenó un doble cambio para la segunda parte: Cuevas y Gallar por Connor y Yeray. Y la cosa funcionó.

El Hércules dio un paso al frente de forma decidida para equilibrar la balanza.

De la mutación mucho tuvo que ver no solo el atrevimiento del técnico andaluz sino el coraje del grupo herculano, que dio un paso hacia adelante para acorralar a un rival que se encontró con las piernas muy cargadas en la reanudación.

El Hércules se dedicó a jugar en la parcela eldense frente a un rival fatigado, desbordado a base de intensidad e insistencia. Así llegó un gol anulado a Gallar tras un centro de Chechu. El catalán remató de cabeza a la red superando al guardameta azulgrana, pero el juez de línea observó fuera de juego y levantó la bandera cuando se iniciaba el festejo. Si realmente fue, hablamos de centímetros.

Manolo Herrero apostó por dotar de más flechas la ballesta herculana sacando a Mariano en lugar de Espinosa. El delantero de Benidorm entró echando humo, con todos los motores en marcha y con ganas de estrenar su casillero. Y lo consiguió. Un balón medio rebotado por un centrocampista eldense acabó en dirección al portero. Mariano encontró el atajo y metió la pierna entre trompicones para plasmar el empate. 1-1, m.70.

Con mejor actitud general y tiempo por delante, el Hércules se hizo con un partido que le llevó al límite, que le puso a prueba y que afrontó con otro ánimo desde que saltó al campo en la segunda parte. El 'plan b' dio sus frutos con Mariano, al que muchos estaban esperando.

Con el Eldense bajo techo, ordenados en su propia guarida, el Hércules ya no encontró otra rendija pese a que no dejó de intentarlo.

Gato no fue el de otras tardes. Nadie le concedió un centímetro cuadrado y se le vio más desplazado de lo habitual por el acoso de los centrales eldenses.

Más hilo tuvo Gallar, el vertical punta catalán que, además del gol anulado, tuvo en sus botas el tanto del triunfo en los compases finales del match. Una cesión en el área de Gato encontró un disparo cruzado del exjugador del Cornellá, pero Marcano sacó una mano excelente para evitar el que balón se alojara en la jaula.

Del gol de Mariano surgió el mejor Hércules, ya más aliviado. Cuesta abajo, el equipo blanquiazul tenía preso al Eldense, que comenzó a contar impaciente los minutos que restaban hasta el final. El partido acabó muriendo con el Hércules apretando, pero sin más pegada. El Eldense cumplió su objetivo, exhausto, pero con la cabeza alta.