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Che, ¿qué cobraste, Andújar?

Andújar Oliver expulsó a Daniel Pasarella en el partido amistoso Hércules-Argentina de 1981 al confundir el significado de un comentario inocente del jugador con una acusación de soborno

Che, ¿qué cobraste, Andújar?

Carmelo Héctor Giuliano, defensa del Hércules, se levantó aquella mañana con la sospecha de que algo iba a salir mal. La selección de su país, Argentina, había elegido Alicante como sede para disputar los partidos de la primera fase de grupos del Mundial de España de 1982, donde debía defender el cetro conseguido cuatro años antes en su país.

Atendiendo al calendario de preparación de la cita mundialista española, el seleccionador César Luis Menotti había dado el visto bueno a una gira europea un año antes, en el verano de 1981, que les llevaría a jugar en Italia; en el Nou Camp como rival del FC Barcelona, en el homenaje a Carlos Rexach, y en Alicante ante el Hércules para ir granjeándose la simpatía de la afición alicantina meses antes de afrontar la decisiva cita mundialista.

La inquietud de Giuliano aquel 25 de agosto de 1981 obedecía a la designación arbitral dado que el Colegio de Árbitros había elegido para dirigir el amistoso al almeriense Andújar Oliver, un colegiado de «gatillo fácil» a la hora de sacar tarjetas.

Argentina llegaba a Alicante con todas sus estrellas (Maradona, Pasarella, Ramón Díaz, Pato Fillol...) y prácticamente a precio de saldo (cobró cinco millones de pesetas -30.000 euros- como honorarios de un encuentro que dejó en taquilla 18 millones).

Todo estaba listo y dispuesto para una fiesta del fútbol de primer nivel en el Rico Pérez, un estadio que había encandilado a Menotti por su estructura («me recuerda al de Rosario Central», dijo 'El Flaco') y con un pacto no escrito entre los jugadores para disputar un choque evitando entradas duras que pudieran dañar a integrantes de uno y otro bando.

Con todo dispuesto, Giuliano -que no se vistió de corto dado que acababa de recibir el alta de aquella grave lesión ocasionada por la brutal entrada de Arango que le dañó la rodilla en un partido de Copa ante el Cartagena- se acercó a conversar con Andújar antes del encuentro.

-Ten en cuenta, Andújar, que esta gente (jugadores argentinos) en algún momento puede hablar mal, pero no le des importancia. Vienen a dar espectáculo, no fastidiemos el asunto.

El árbitro admitió de buen grado la sugerencia al tiempo que tranquilizó al defensa herculano, cuyas relaciones con Menotti y el presidente de la AFA, Julio Grondona, fueron fundamentales para que Argentina eligiera Alicante como sede.

El encuentro registró un lleno casi total conformando el ambiente de las grandes ocasiones. El Hércules, entrenado por Koldo Aguirre, formó con Tomasewsky; Serrat, Aracil, Ernesto, Santi, Albaladejo, Müller, Vidal, Churruca, Herbera y Moyano. En la segunda parte entraron Sala, Baena y Parra.

Por su parte, Argentina saltó al césped con Fillol, Olguin, Van Tuyne, Pasarella, Olarticoechea, Barbas, Gallego, Maradona, Santamaría, Ramón Díaz y Hernández. Tras el descanso entraron Ferrero, Heredia y Brailowski.

Las diabluras de Maradona, marcado de cerca por Aracil, y la calidad de Ramón Díaz comenzaron a encandilar al respetable. Este último anotaba el primer gol tras sortear a cuantos contrarios le salieron al paso, incluido Tomasewsy, al que batió casi sin ángulo (0-1, m.32).

Del mágico gol de Ramón Díaz se pasó al asombro a los 38 minutos. Andújar señala una falta de Gallego sobre Churruca. Pasarella, capitán de la albiceleste, se acerca al colegiado y le pide explicaciones:

-Che, réferi, ¿qué cobró?.

Tal expresión utilizada por un argentino significa 'qué señaló', 'qué vio como punible'. Sin embargo, Andújar Oliver otorgó todo el sentido literal que plasma el castellano y, sin atender a lenguajes localistas, el lunfardo o cualquier tipo de explicación que se le quisiera dar, giró la cabeza, clavó la mirada en los achinados ojos de Pasarella, echó mano a su bolsillo y le mostró la tarjeta roja en el minuto 38 del partido expulsando del campo al capitán argentino.

Giuliano, en la grada, no daba crédito. El legendario futbolista herculano todavía recuerda lo acontecido con estupefacción. «Bajé a los vestuarios y me encontré con Menotti, que no lo podía creer», rememora el defensor. 'Pero cómo me expulsa a un jugador antes del descanso', bramaba El Flaco pidiendo una explicación.

Pese a jugar con diez, Argentina era mucha Argentina. Y más con Maradona sobre el campo. Se le anularon dos goles de bella factura hasta que Ramón Díaz, a los tres minutos de la reanudación, anotó el segundo y definitivo tanto con un disparo que alojó el balón a la escuadra. Y de Andújar nada más se supo.

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