El Hércules es el único equipo del grupo III que aún no ha encajado ningún gol ningún gol y tal vez uno de los motivos sea la pelea sin cuartel instalada en la portería desde hace un par de semanas.
El técnico Manolo Herrero decidió rotar al experimentado Chema Giménez y al canterano Iván Buigues durante los primeros partidos oficiales de la temporada antes de decantarse por uno de ellos. Al primero no le sentó bien la medida, aunque no ha dicho una palabra más alta que otra. Se ha mordido la lengua, apretado los dientes y centrado en recuperar una titularidad que la temporada pasada le perteneció. Buigues jugó de inicio en el Rico Pérez ante el Villarreal B y Chema lo hizo en el «caliente» campo de El Collao. Nada más acabar el derbi, espetó en los micrófonos de «Cope Alicante»: «El abuelo sigue vivo». Ayer por la mañana, más sosegado, insistió, en el Rico Pérez, en su «máximo respeto» hacia el entrenador Manolo Herrero e Iván Buigues, pero sí admitió su sorpresa por la rotación.
«No me esperaba esto, el año pasado lo jugué todo y creo que lo hice bien. Respeto al entrenador y a Iván, pero no voy a regalar nada, vine al Hércules para jugar y soy muy competitivo», explicó el meta oriolano de 35 años.
Chema reconoció que nunca en su carrera se había encontrado con una situación similar, ya que Herrero tiene decidido «dar» dos partidos a cada portero antes de tomar una decisión: «A mí me pagan por parar y a él (entrenador) por tomar decisiones. Lo llevo como se puede, con más tranquilidad porque tengo experiencia. Ahora me toca esperar y ver quién juega contra el Lleida (mañana) y quién contra el Villarreal B».
Herrero comparece hoy ante los medios y tal vez arroje luz sobre el debate de la portería a las puertas del debut copero en el Camp d'Esports.
Por su parte, Iván Buigues, de 19 años, es uno de los principales activos del club. El año pasado vivió a la sombra de Chema y respondió con buena nota en partidos de alta tensión ante el Mestalla (en Mestalla) y en la promoción frente al Murcia. Herrero le premió con la titularidad ante el Levante Atlético en el primer partido de Liga y confirmó su crecimiento. Salvo dos ocasiones rivales y demostró que el juego con los pies es uno de sus fuertes. Destaca también por sus reflejos y está «apadrinado» por el preparador de porteros Balaguer, quien le vio mucho potencial cuando apenas era un niño.
