El Hércules arrancará mañana la Liga ante el Levante Atlético (21.00 horas) en el Rico Pérez más desangelado que se recuerda en años. El club todavía no ha alcanzado los 4.000 abonados, se han vendido un millar menos de carnés que el año pasado, y además la peña Curva Sur, la más animosa, anunció ayer que no acudirá al estadio por discrepancias con la directiva y la Policía. A todo esto se une la reapertura de la grada de Tribuna Alta, lo que dispersará aún más a los aficionados.
Aunque en las oficinas del Rico Pérez les cueste admitirlo, lo cierto es que la campaña de abonos ha sido un sonoro fracaso. La retirada de los descuentos por antigüedad y la inclusión de dos partidos en los que los abonados tendrán que pasar por caja enervaron a un importante sector de la masa social. A eso hay que unir el importante desencanto por seguir otro año más en Segunda B tras quedarse a las puertas del fútbol profesional hace dos meses.
Los datos no admiten discusión: el Hércules despidió el año pasado con 14.000 espectadores en el Rico Pérez (ante el Cádiz) y mañana (frente al Levante Atlético) sería extraño que se superaran los 4.000. El entrenador Manolo Herrero no se mostró ayer preocupado por ello: «Es normal que la gente esté desencantada por no haber subido, pero seguro que si arrancamos bien, la afición vendrá a apoyarnos. Y en los partidos decisivos se vivirá un gran ambiente como el año pasado».
En el Hércules asumen que el aspecto de las gradas en los primeros partidos del curso será muy desangelado. Y el precedente del pasado lunes es desolador. El equipo disputaba el Trofeo Ciudad de Alicante ante el Eldense, se presentaba por primera vez este verano ante sus seguidores y apenas 1.200 se dieron cita. Tampoco ayudaron el nulo tirón del rival (fracasaron las negociaciones con equipos de Primera y Segunda) y que a la misma hora se disputara el partido de vuelta de la final de la Supercopa entre el Barcelona y el Athletic.
De la misma manera, la decisión de reabrir la grada de Tribuna Alta tampoco ayudará a que el ambiente sea caldeado. El club tomó está sorprendente decisión en la campaña de abonos cuando el curso anterior esta zona del estadio permaneció cerrada para que los aficionados estuvieran más agrupados.
