Rechina el silencio por el Rico Pérez, aburridos entre sol y moscas hasta ver con aureola de santo a todo aquel que se acerca a la sala dispuesto para retirar el abono. Ha pasado una semana desde que salieran a la venta los pases de temporada, esos mismos que, tras «lo de Cádiz», reclamaba la plebe con insistencia para cumplir con la tradición y vengar, a su manera, a la única que quedaba, la afrenta del Carranza, la de Sánchez Laso, la de Quique Pina, dianas del herculanismo escondido, recuperado para la causa, saliendo a flote empujado por el dedo quebrado de Chechu Flores.

Sí, rechina el silencio como rechinan los aderezos de la campaña: esos dos partidos de pago fuera de abono que suenan a broma macabra en el funeral de Segunda B; o la eliminación del descuento a los fieles, cuyo valor simbólico cotiza más que el peso del euro. En ocasiones, perdiendo algo se gana mucho. A tiempo están de rectificar/modificar. Y así, acabar con el silencio.