La temporada del Hércules que finalizó en el Carranza ha estado marcada por dos grandes losas: la falta de gol y las más de 40 lesiones. Y con ambas rémoras, el equipo de Manolo Hererro se quedó a las puertas del ascenso.
El análisis por líneas es sencillo: brilló la defensa, el centro del campo despuntó con la irrupción de Miñano y David González, mientras que en el ataque sólo Chechu Flores estuvo al nivel esperado. Las grandes decepciones también tienen nombre propio: Fernando, Portillo, Mikel Martins y Quero. De todos ellos, sólo Portillo seguirá porque tiene contrato en vigor y porque nadie le ha dicho lo contrario. Los dos delanteros sólo marcaron 14 goles entre los dos (nueve el madrileño y cinco el sevillano) y el principal reproche que se le puede hacer al director deportivo Dani Barroso es que no firmara a un tercer delantero en invierno.
El técnico vasco no acertó en enero con Quero, que ha tenido un papel residual, pero sí lo hizo con David González, que jugó e hizo jugar.
También el tiempo le dio la razón con Miñano. El alicantino tenía pie y medio fuera del Hércules a mitad de temporada pero la llegada de Manolo Herrero al banquillo fue una bendición para él. Le dio confianza (dijo que era «el jugador con más criterio» de la plantilla) y acabó el curso a un nivel altísimo.
Barroso quiere renovar a la columna vertebral del 'once tipo' y espera una respuesta afirmativa de Chema, Rafita, Peña y David González.
El club también espera acertar con el nuevo preparador físico, ya que es insostenible afrontar con garantías una temporada con más de 40 lesiones como la actual.