Chechu Flores sólo ha necesitado diez meses para convertirse en un ídolo para la grada del Rico Pérez. En algunos momentos críticos de la temporada se echó el equipo a la espalda (junto a otro veterano como Paco Peña) pero ha sido en la promoción de ascenso a Segunda División cuando su figura se ha agigantado. Sigue siendo decisivo en el césped y además está dando un ejemplo de implicación fuera de lo normal, ya que las dos últimas semanas ha jugado infiltrado por la rotura de un dedo del pie izquierdo.

La «batalla» de la Nueva Condomina le dejó literalmente cojo, caminó ayudado de muletas durante toda la semana pasada y no entrenó. Aún así, en su mente estaba vestirse de corto ante el Cádiz y se salió con la suya. Lo que nadie esperaba, ni él mismo, era que iba a marcar dos goles en un minuto y medio que dejan al Hércules con ventaja en la eliminatoria (2-1).

«Está claro que son los goles más importantes que he metido este año por todo lo que significa y en qué eliminatoria estamos, la verdad es que todos nos merecemos que las cosas empiecen a salir bien porque hemos sufrido mucho esta temporada», señaló ayer Chechu Flores en Fontcalent.

El extremo, de 33 años y que militó antes en el Tenerife y Girona, reconoció que nunca antes había jugado con tanto dolor como en las dos últimas semanas: «Recuerdo que una vez tuve que pedir el cambio por una fisura en la costilla, no podía respirar y era imposible jugar. Lo de estas dos últimas semanas no me había pasado nunca. Curiosamente, hoy (por ayer) me encuentro mejor que tras el partido de Murcia, ojalá las buenas sensaciones se mantengan a lo largo de la semana».

Chechu Flores tiene claro que ahora no piensa parar por mucho que los médicos y sus familiares se lo pidan: «Los médicos me dicen que estoy loco y mi madre insiste cada día en que no haga tonterías, pero yo no voy a parar porque no sé si volveré a vivir otra vez este tipo de partidos. Ya descansaré cuando estemos en Luceros».

La grada en pie

El jugador afincado en Orihuela, donde reside su pareja, fue despedido del campo el domingo, cuando fue sustituido, con una ovación cerrada que hacía años que no se recordaba en el Rico Pérez. Admite que el cariño de los seguidores le reconforta y le ayuda a relativizar el dolor: «Todo esto que me está pasando es muy gratificante porque lo estoy pasando mal en las últimas semanas. Juego los partidos sin haber entrenado nada y eso no es fácil. Agradezco mucho las muestras de cariño, pero soy un profesional y sé cómo funciona esto, lo que hoy es blanco mañana puede ser negro y a lo mejor me pitan dentro de unos meses», señala Flores, quien tiene una temporada más de contrato con el Hércules.

Respecto al 2-1 firmado el domingo ante el Cádiz, el jugador jienense se mostró cauto aunque esperanzado de seguir adelante en esta promoción de ascenso a Segunda: «Tenemos un buen resultado pero sabemos que las eliminatorias son muy igualadas y se definen por pocos detalles. Vamos a intentar marcar allí para que ellos tengan que marcar tres». El atacante lamentó el gol recibido, ya que en su opinión estuvo precedido de una clara falta y permite al Cádiz afrontar con más opciones el partido de vuelta en tierras andaluzas. «Es un una lástima el gol recibido, en el que hubo una falta clara a Chema. Con 2-0 estaba la eliminatoria más o menos sentenciada pero esto nos sirve para ir allí más intensos, sabemos que sufriremos mucho en el Carranza», concluyó.