El Murcia salió sonriendo ayer del Rico Pérez merced a una acción que le dio vida cuando peor lo estaba pasando. El gol de Isi, que igualó el anotado por Casares en el primer acto, da cierta ventaja al conjunto murciano sobre el Hércules, pero las sensaciones que trasladó el choque de ida apuntan a que todavía se puede discutir esta primera eliminatoria en el partido de vuelta del próximo sábado.

El Hércules completó una hora de fútbol notable, exhibiendo las mejores maneras del presente curso frente a un enemigo que pasó mucho tiempo angustiado por su falta de fluidez, por la encomiable disposición del bloque alicantino y por la excelente partitura de Miñano. Por ahí comenzó a moverse el conjunto de Herrero, que encontró en Casares y Chechu a dos navajas por los costados. Uno y otro se metieron en la carne murciana para martirio de un enemigo que al poco de pisar el césped se encogió.

Con el balón en sus pies, el Hércules tomó el mando frente a un Murcia tembloroso, incapaz de aprovechar regalos aislados pero clamorosos. Le pasó a Álex, que cedió una pelota a su portero que quedó a mitad de camino. La salida desesperada de Buigues quedó corta, pero Carlos Álvarez no supo acomodar el balón en el metro cuadrado preciso y, tras escorarse, dirigió el cuero hacia la portería sin fuerza dando ventaja a Atienza para que lo interceptara antes de cruzar la línea de gol. Fue el único aviso del Murcia en la primera parte, producto de un inusual error de Alex, que ya no volvió a tartamudear.

En cambio, el Hércules mantuvo la mirada alta. Miñano alargó su sombra y abrió el juego para que Rafita diseñara un centro perfecto desde la derecha que Casares convirtió en joya peinando la bola. 1-0, minuto 40.

Frente a un Murcia nada fluido, Chechu aportó discurso. El andaluz está un escalón por encima. Volvió a dejar huellas fabulosas hasta caer lesionado en la segunda parte con una problema en el dedo gordo del pie derecho. El Hércules necesita recuperar a toda costa a este futbolista. Mejoró en todo a su equipo, al que dio dinamismo, temple, infinidad de salidas. Se inventó una asistencia a Peña que debió acabar en gol al cuarto de hora. Bien dotado técnicamente, maneja con pericia el cuerpo y el balón. Y, sobre todo, inventa. Inspirado estaba Chechu, como casi siempre, y acertado andaba también Casares, cuya machacona insistencia aireó mucho al equipo.

Buena noticia fue Iván Buigues. El guardameta anduvo seguro, bien plantado, rápido y ágil con los pies. Tiene madera de portero el chaval que ayer sustituyó a Chema.

Con un gol de ventaja y el Murcia apagado, el Hércules se fue al vestuario convencido de que la eliminatoria podía quedar encauzada con un segundo gol. Esa diana pudo llegar tras volver de vestuarios. En el inicio del segundo acto se estuvo más cerca del 2-0 que del empate. La tuvo Peña con una internada que provocó un lío en el área, donde faltó el toque final. Antes hubo también espacio para la polémica con la reclamación de un posible penalti por manos de un defensor murciano dentro del área.

Del enemigo apenas había noticias. Con Atienza y Alex barriendo todo lo que se aproximaba por la zona, el conjunto pimentonero quedó a expensas de encontrar premio en alguna acción a balón parado. Y ésta fue servida por una rigurosa falta que el colegiado apreció castigando a Lázaro. El posterior lanzamiento de Javi Flores, que posee un guante en su diestra, fue repelido por el poste, que, no obstante, se congració con los murcianos y envió la pelota a Isi para que éste, desde cerca, empujara. (1-1, minuto 64).

Para colmo, Chechu pidió el cambio por lesión. Y a partir de ahí, el fuelle del Hércules quedó reducido a la nada. Golpeado en la nuca por el tanto de Isi, el Hércules agachó la cabeza. El esfuerzo y el contratiempo pasaron factura para allanar el camino al Murcia, que mejoró al calibrar el valor que puede tener un gol en campo contrario en una eliminatoria de promoción de ascenso.

En todo caso, el Hércules de ayer, el que mostró las uñas durante una hora larga del partido, tiene argumentos para plantar cara en el encuentro de vuelta. Con ese talante, se puede voltear la eliminatoria. Quedan noventa minutos. Nada está decidido, aunque el Murcia viajara con media sonrisa de vuelta a casa.