Conforme se acercan los días para que se abra el mercado de invierno, los técnicos y dirigentes del Hércules suavizan su discurso respecto a la posibilidad de que el Hércules se refuerce. Hace un mes lo descartaban rotundamente y ahora dejan la puerta abierta a nuevas caras, aunque de manera discreta. El empresario Juan Carlos Ramírez aseguró en el brindis navideño que el club está atento al mercado porque este año sólo vale el ascenso y hay que pelearlo con los mejores medios. Y ayer Pacheta afirmó lo siguiente: «No veo una urgencia ni una necesidad clara de reforzarnos en ninguna posición. Es probable que haya algún cambio, de hecho en el 90% de los equipos hay movimientos. Pero yo insisto en que estoy muy cómodo con esta plantilla, el único pero es que no he podido disfrutar de todos los jugadores a la vez por las bajas».
El Hércules ya tiene cubiertas las 22 fichas que permite la Federación y antes de fichar deberá conceder bajas. El principal candidato a abandonar la disciplina blanquiazul es el lateral Aitor Núñez, que ya quedó en una situación muy delicada cuando llegó Rafita a pocas horas del cierre del mercado veraniego. El exjugador del Guadalajara ni siquiera ha suplido al balear cuando éste ha estado indispuesto, ya que Pacheta ha optado por reconvertir al central Pardo.
Al margen de los posibles movimientos que se registren en enero, el técnico blanquiazul lamentó ayer la nueva lesión muscular de Adri Cuevas, que deberá permanecer tres semanas de baja tras dañarse el bíceps femoral de su pierna izquierda, el mismo músculo que se lastimó en el derbi ante el Alcoyano hace mes y medio. «Lo de las lesiones es la leche», dijo Pacheta a bote pronto. Y añadió: «Es una baja importante porque es un jugador es bueno y que nos cubre varias posiciones. Pero son cosas normales en todos los equipos. Ahora tenemos tres bajas, que es algo asumible en una plantilla de 22. Lo que no era normal era tener nueve y diez bajas».
El preparador burgalés calificó como «partido trampa» el que disputará el Hércules mañana ante el Zaragoza B (11.30) y con el que despedirá el 2014. «Ya podemos estar espabilados y despiertos. Es un partido de riesgo alto porque las vacaciones llegan después, porque irá poca gente y es un rival que está abajo pero tiene buenas individualidades», explicó.
La plantilla disfrutará de una semana de vacaciones tras el choque de mañana, aunque los futbolistas se marcharán con un plan de trabajo individualizado para realizar durante los días de descanso.
Los jugadores que no sean citados por el técnico Pacheta para el encuentro ante el Zaragoza B (los lesionados Casares, Baldo y Cuevas más los descartes) quedarán liberados para ir a sus casas este sábado, mientras que el resto de futbolistas lo serán a la conclusión del partido.
Tendrán que estar de vuelta en Alicante el domingo por la noche, día 28 de diciembre, aunque la primera sesión de entrenamiento de cara al regreso de la competición tendrá lugar el lunes 29.
El equipo técnico del Hércules ha preparado un plan de trabajo individualizado para los futbolistas, dependiendo de aspectos como los minutos jugados, análisis de sangre, lesiones o fuerza. «Habrá gente que tendrá que trabajar todos los días y otros, menos. El que menos, tres días», dijo Pacheta.
El Hércules despide el año 2014 este domingo ante el Zaragoza B y retomará la competición el primer fin de semana de enero frente al filial del Mallorca, probablemente el domingo 4 a las 12:00 horas debido a que la Federación fija este horario para los partidos con equipos baleares.
