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Parés volvió a sonreír

El exblanquiazul fue homenajeado en el encuentro entre su equipo local y en el que más feliz fue

Parés volvió a sonreír

«Aquí pronto se hace de noche. Entre eso y que veo a todos tristes por lo de la crisis... pues sí, el domingo fue un gran día, tan grande que nunca lo olvidaré». Alfredo Parés mantenía intacta la sonrisa que comenzó a esbozar a mediodía del pasado domingo en Olot, cuando, sin sospecharlo, los flashes y las cámaras irrumpieron entre el silencio gris de la residencia de ancianos y volvieron a entrar en su vida, como cuarenta años antes, cuando era jugador profesional, cuando llegó a aquel Hércules pujante de principios de los setenta que presidía Rico Pérez, el mismo que acabó alcanzando la gloria de la Primera División de la mano de Arsenio Iglesias.

-¿Tú tienes familia, mujer e hijos? Si es así es que eres inteligente, porque quien tiene familia es inteligente.

La reflexión de Parés, aquel extremo que corriera la banda de La Viña como titular indiscutible del Hércules durante tres temporadas (71-74), deja entrever piedras en el camino. «Cosas de la vida. Yo me quedé solo. Cuando dejé el fútbol trabajé en asunto de seguros, en una empresa... bueno, sobreviviendo. Ahora ya estoy jubilado. Estoy aquí, en Olot, en una residencia haciendo vida de eso, de jubilado, paseando por las tardes... y esperando que me toque la lotería para salir corriendo hacia Alicante, donde pasé los mejores años de mi vida».

Acompañado de Alex Terma, director deportivo del Olot, el exjugador del Hércules volvió a escuchar por la megafonía del estadio su nombre entre aplausos, decorado con todo tipo de elogios mientras los poco más de 1.500 aficionados se ponían en pie para brindar una emotiva ovación que le devolvió a sus mejores tiempos: «(...) y hoy hará el saque de honor nuestro paisano, que también fue futbolista profesional del Hércules de Alicante, equipo que hoy nos visita». Hacía mucho tiempo que Olot no recordaba a tan ilustre paisano, un extremo rápido y de buen toque que antes de recalar en el Hércules también militó en Primera defendiendo los colores del Espanyol.

«Pero en ningún sitio como en Alicante», recuerda. «Desde el primer día que llegué a La Viña hasta el último fui feliz. El Hércules era un club muy serio, con un gran presidente (José Rico Pérez) y un buen equipo. Y Alicante, un lugar divino para vivir. Todavía recuerdo cuando quedábamos a comer en el Mesón del Pollo, por el casco viejo. Qué tiempos».

Parés llegó al Hércules procedente del Espanyol en octubre de 1971. Su fichaje se cristalizó junto con el de Docal, un delantero que había triunfado en el Racing de Santander. «En el Espanyol, José Emilio Santamaría, que era el entrenador, vino a hablar conmigo para explicarme con un rodeo que era un futbolista que hacía lo más difícil, pero que no hacía goles. En ese instante entendí que me estaba abriendo la puerta de salida de Sarriá. A partir de ahí se presentó la oportunidad de fichar por el Hércules y, mira por donde, apareció la felicidad absoluta».

Alfredo Parés jugó 78 partidos en el Hércules, todos ellos en Segunda División. Formó parte de «onces» de los que se memorizaban con jugadores como Humberto o Zamora; Pachón, Santamaría, Eladio, Rivera, Parés, Sarrachini, Baena, Andreu, Pardo o Carcelén.

El pasado domingo, en Olot, el Hércules, por un momento, volvió a exhibir grandeza. Y sobre su sombra, Alfredo Parés volvió a sonreír.

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