A Mikel Martins no le está sonriendo la fortuna en este inicio de temporada. Tras superar unas molestias y problemas familiares, el técnico Pacheta le sentó en el banquillo por su bajo rendimiento bajo rendimiento y ahora llega el peor enemigo de los jugadores: la lesión. El mediocentro vasco se retiró ayer del campo de Fontcalent antes que sus compañeros al sentir un «pinchazo» en la zona de los isquiotibiales. Aunque ayer no se le realizaron pruebas, las sensaciones son «malas» y todo parece indicar que sufre una rotura muscular que le dejará varias semanas KO.
Los servicios médicos blanquiazules valorarán hoy o mañana su estado, pero, por lo pronto, está casi descartado para la cita del domingo ante el Badalona (Rico Pérez, 17.00 horas).
Martins, de 31 años, llegó este verano procedente del Cádiz y tanto el director deportivo Dani Barroso como el técnico Pacheta coincidieron en señalar que era la piedra angular del centro del campo de este nuevo Hércules. Pero por el momento está casi inédito.
En la primera jornada ante el Eldense se quedó en la grada por molestias y en la segunda no jugó por el fallecimiento de su madre. Debutó en Copa y después siguió en el once ya que el entrenador quería que adquiriera cuanto antes ritmo de competición. Pero el vasco no respondió a las expectativas y, tras el empate sin goles en Tarragona, Pacheta decidió sentarlo en el banquillo y apostar por un doble pivote puro, con un mediocentro defensivo (Carlos Lázaro) y otro más creativo (Adri Cuevas). Martins fue suplente ante el Sant Andreu y el Hospitalet e iba a seguir siéndolo el domingo.
Si el vasco finalmente sólo sufre una contractura, estará un par de semanas fuera de combate, pero si se trata de una rotura, su periodo de baja se prolongaría en el tiempo. A la espera de las pruebas, Pacheta se queda ahora con Carlos Lázaro y Fran González como mediocentros defensivos ante el Badalona.
Tampoco llega a tiempo de jugar el domingo el japonés Sugi, quien sigue con su readaptación y aún no se ha integrado al grupo. El nipón, que hace tres meses fue operado de la rodilla, quiere reaparecer en el Rico Pérez ante el Villarreal B y el cuerpo técnico insiste en que su progreso es el adecuado, pero Pacheta también quiere evitar cualquier tipo de precipitación en su vuelta a la competición. La otra baja confirmada ante el Badalona es la del lateral Baldo Santana, operado recientemente de una importante rotura muscular.
Del entrenamiento de ayer se retiró también el extremo Javi Casares por molestias en un tobillo, pero todo parece indicar que sí podrá jugar el domingo. El atacante jerezano se ha asentado en el once blanquiazul y es otro fijo para Pacheta.
