Buenas noticias en el Rico Pérez al fin. El Hércules, un club acostumbrado a vivir de convulsión en convulsión, ha pasado un verano en calma. La paz en el ambiente ha permitido que los responsables de la planificación deportiva hayan podido completar la plantilla en el plazo previsto, varios días antes de que arranque la competición liguera. Sólo ha habido un incendio en el feudo blanquiazul, y de una dimensión mucho menor que las pesadillas vividas en los pasados verano. Las ganas de Eldin Hadzic de hacer las maletas es lo único que ha perturbado la tranquilidad del director deportivo, Dani Barroso, y el entrenador, José Rojo, Pacheta.

Desde que el Hércules descendió de la Liga BBVA en 2011 los veranos han sido un culebrón en sesión continúa. Y eso que el del regreso a la segunda categoría del fútbol español no tuvo la misma carga dramática que los dos siguientes. En 2011, tras caer de la élite, la afición volvió a ilusionarse con un nuevo proyecto comandado por Perfecto Palacio. Sergio Fernández fue el encargado de confeccionar la plantilla. Se le resistió la contratación de un delantero centro hasta el último día del mercado de fichajes. Hubo que esperar a septiembre para que el club anunciara el fichaje de David Aganzo, junto a Alberto Escassi. El delantero madrileño vivió la campaña en la enfermería y son muchos los que creen que fue la falta de gol lo que privó a aquel Hércules entrenado por Mandiá de regresar a Primer División. Un equipo compuesto por un buen grupo de jugadores -Samuel Llorca, Abel Aguilar, Míchel Herrero- que adolecía de pegada.

Aquello fue una broma en comparación con lo que se vivió en el verano de 2012. El regreso de Javier Portillo tras su paso por Las Palmas y la llegada de Jesús García Pitarch sublevaron a la afición blanquiazul. La llegada del valenciano para desempeñar el cargo de presidente ejecutivo nunca fue bien vista por la grada del Rico Pérez. A aquel episodio hubo que sumarle la salida de Sergio Fernández.

Con tanto desaguisado la confección de la plantilla se retrasó en exceso y el equipo llegó al comienzo de la Liga, en Lugo, en pañales. Los fichajes se demoraron y hubo que esperar hasta casi mediados de agosto para empezar a ver caras nuevas luciendo la camiseta blanquiazul. El Hércules presentó el 9 de agosto en La Nucía a Leandro Cabrera y Braulio Nóbrega. Las estrecheces económicas llevaron a la dirección deportiva a acorralar a algunos jugadores para forzar su salida: Diego Rivas, Juanmi Callejón, Felipe Sanchón, Urko Vera... El adiós del ariete vasco, muy querido por la afición, fue especialmente emotiva, con una rueda de prensa en el Rico Pérez bañada de lágrimas.

Tras la experiencia de 2012, en el verano de 2013 Enrique Ortiz volvió a abrazar a un elemento externo. Quique Pina fue el sucesor de García Pitarch. El vínculo del murciano con el club nunca estuvo claro pero de su mano llegaron muchos de los jugadores que formaron parte del equipo que bajó a Segunda B. Al matrimonio con el murciano hubo que sumarle la amenaza de descenso de Javier Tebas tras el presunto amaño en el Racing-Hércules, último partido de la temporada 2012/13.

Tras tantos vaivenes, el Hércules ha vivido un verano en paz de la mano de Barroso y Pacheta con el objetivo de regresar de forma inmediata a la Liga Adelante.