Los últimos malos resultados del Hércules han fijado, al menos, el objetivo por el que va a pelear el equipo hasta final de curso. Ya nadie tiene dudas de que los de Quique Hernández lucharán únicamente por evitar la pérdida de categoría y tendrán que dejar el sueño de la promoción de ascenso para tiempos mejores. Incapaz de ganar en los cinco últimos partidos, al conjunto alicantino no le queda otra que salvarse de la quema, ahora que, con 41 puntos en su casillero, tan solo tiene un punto de ventaja sobre el Real Madrid Castilla, el equipo que separa la salvación del descenso.

Nadie quiere hablar en el club de perder la categoría, sabedores de las funestas consecuencias que tendría para una entidad con las arcas en un precario estado. El presidente, Carlos Parodi, reiteró el lunes la importancia que tiene para el Hércules seguir en la Liga Adelante, después de la derrota del sábado en Las Palmas (2-1). Ante este panorama, los blanquiazules afrontan ocho finales en los ocho encuentros que quedan para que expire la temporada.

Echando un vistazo a lo que viene por delante, el calendario trae una buena noticia. El Hércules jugará cinco de los ocho partidos que le quedan como local. El apoyo de la grada del Rico Pérez tiene que ser clave para amarrar los puntos que hacen falta para asegurar la permanencia en la categoría de plata del fútbol español. Las cuentas señalan que los alicantinos tienen que sumar 10 puntos -tres victorias y un empate- para lograr el único objetivo que les queda esta temporada.

El hecho de que queden más partidos en Alicante que fuera rebaja su importancia si se atiende al rendimiento que ha mostrado el Hércules jugando en el Rico Pérez. Son varios los fiascos que han protagonizado los blanquiazules esta campaña ante su público. Sin ir más lejos, en la memoria sigue vigente el mal juego desplegado en la última comparecencia en casa. Los de Quique Hernández firmaron su peor encuentro del año ante el colista Girona en un empate sin goles.

A la irregularidad mostrada por el Hércules como local, el calendario esconde una segunda trampa, de mayor peso si cabe. De los ocho rivales que aguardan a los alicantinos, siete pelearán por algún objetivo, ya sea el ascenso o evitar la pérdida de categoría. Sólo el Barcelona B, que visita el Rico Pérez en la última jornada, no se jugará nada. El filial azulgrana está en la actualidad a once puntos del descenso y la normativa impide que pueda subir a la Liga BBVA.

El sábado (18.00) llega a Alicante el Córdoba. El conjunto dirigido por Albert Ferrer se encuentra a cuatro puntos de la promoción de ascenso. Siguiendo el orden del calendario, el Hércules visita al Sabadell, a tres puntos de la promoción. Después recibe al Murcia, equipo que ocupa plaza de playoff, y afronta la complicada salida a El Molinón, estadio en el que le recibirá un Sporting que ha estado todo el año en lo más alto y que ahora, tras pasar por un bache, está a un punto del Murcia.

Tras el viaje a Gijón llegan dos partidos en el Rico Pérez. Primero visitará el coliseo blanquiazul el Alcorcón de José Bordalás. Los madrileños tienen ahora un punto menos que el Hércules y están empatados con el Castilla, aunque fuera del descenso. Tras este encuentro, pasará por Alicante el Lugo, a cuatro puntos de la promoción. El último viaje del curso será para verse las caras con el Mirandés, otro equipo implicado en el descenso. El telón se bajará contra el Barcelona B en casa.