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La cláusula del miedo descarta a Gilvan

El Éibar comunica al jugador brasileño que no será convocado para jugar el domingo ante el Hércules para evitar el pago de 20.000 euros que contempla su contrato de cesión

La cláusula del miedo descarta a Gilvan

Gilvan Gomes lo tenía asumido. Una cláusula en su contrato de cesión penaliza al Éibar en caso de alinear al jugador cedido por el Hércules en los enfrentamientos directos de esta temporada. Concretamente, ambas directivas cerraron el acuerdo de cesión reflejando en el documento que si el club eibarrés decidía contar con el brasileño en el partido del Rico Pérez (de la primera vuelta) tendría que pagar 80.000 euros a los alicantinos. La cifra disminuía notablemente para el encuentro de vuelta, en Ipurúa, donde la entidad vasca estaría obligada a desembolsar 20.000 euros si decide vestir a Gilvan de corto ante el Hércules.

Sin embargo, ni hubo caso en Alicante ni tampoco se dará en Éibar. Gilvan recibió la comunicación oficial por parte de su representante, David Pirri, que le hizo saber que esta próxima jornada tendrá que conformarse viendo los toros desde la barrera.

En ese sentido, el futbolista brasileño explicaba ayer a este periódico que «aunque siempre» desea jugar, aceptaba «de buen grado» no hacerlo en este choque ante el Hércules». «Ya sabía de la existencia de la cláusula. Es algo normal, se pactó en su día y no hay nada que objetar», puntualizó.

Gilvan Gomes estaba entrando en los planes de Gaizka Garitano. El brasileño cedido por el Hércules ha intervenido en 16 partidos esta temporada, ocho de ellos como titular, hasta cumplir con 711 minutos sobre el terreno de juego. Hasta el momento, ha anotado tres goles.

Gilvan llegó al Hércules por recomendación expresa de Sergio Fernández, entonces director deportivo blanquiazul. El leonés, que ya intentó incorporar al delantero durante en el verano de 2011, consiguió su objetivo en enero de 2012, una vez se abrió el mercado, y tras pagar 150.000 euros. Curiosamente, su entonces club de procedencia, el Huesca, estaba dirigido por Quique Hernández, hoy técnico herculano, que no contaba con el paulista de forma regular. De hecho, Hernández no puso reparos para que se consumara el traspaso pese a que en aquella época el Huesca estaba metido de lleno en la lucha por la permanencia, objetivo que alcanzó un par de jornadas antes de concluyera el campeonato.

El destino quiso que un año después Quique Hernández y Gilvan Gomes volvieran a coincidir en un vestuario hasta que el brasileño se lesionó en el Nuevo Arcángel de Córdoba, circunstancia que le apartó dela actividad diaria del equipo durante varios meses. Para la actual campaña, desde el principio, Gilvan tuvo las puertas abiertas para buscar un lugar donde ir cedido al no entrar en los planes del técnico del conjunto alicantino.

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