Tras cinco semanas llamando con insistencia a las puertas del descenso, el Hércules regresó ayer a los puestos de cola por méritos propios tras encadenar ante el Recreativo su tercera derrota. La caída libre del equipo de Quique Hernández no entiende de excusas y la discutible roja que vio Escassi en el minuto 15 no debe enmascarar la crisis de identidad del equipo que más goles ha encajado en esta Segunda División. 42 tantos en 25 partidos. Con estos datos, no hay defensa posible. La única conclusión positiva del tropiezo de ayer es que el Hércules por fin tiene una pareja de centrales natos para competir hasta final de curso: Echaide y Pamarot.

Quique Hernández y sus jugadores garantizaron un cambio de actitud respecto al choque ante el Castilla y ese plus de agresividad de poco sirvió, ya que el Hércules siguió exhibiendo sus vergüenzas en defensa y su poca pegada y ambición en ataque. De hecho, el gol de Eldin llegó en el único disparo entre los tres palos realizado por el conjunto alicantino en todo el choque.

Quique Hernández sorprendió a propios y a extraños al apostar de inicio por dos delanteros natos (Azkorra y Portillo), pero su planteamiento saltó por los aires al cuarto de hora, cuando Escassi desequilibró a Álvaro Antón, quien le había ganado la espalda y se plantaba solo ante Falcón. El colegiado no titubeó y le mostró la roja ante las protestas de los jugadores blanquiazules, que entendían que no era ocasión manifiesta de gol porque el jugador del Recre no tenía el balón controlado.

Esta acción condicionó el resto del choque (Echaide entró por Azkorra), pero el Recre estaba predestinado ayer a hurgar en la herida defensiva del Hércules. De hecho, pudo adelantarse en el minuto 10 cuando Linares cabeceó libre de marca en el área pequeña un servicio desde la banda derecha.

La expulsión de Escassi terminó de allanar el camino a un Recreativo que da gusto ver. Bien trabajado por Sergi Barjuan, trata con gusto el balón, apuesta por las posesiones largas, entra por bandas y llama a las puertas del ascenso. Probablemente era el peor rival para un Hércules en inferioridad. Tras la expulsión de Escassi, el conjunto onubense monopolizó el juego y llegó en numerosas ocasiones al área blanquiazul, sobre todo por ambas bandas.

El Hércules llegó vivo al descanso de milagro, ya que Paco Peña evitó sobre la línea de gol que marcara Álvaro Antón tras una mala entrega de Héctor Yuste a Falcón. Linares se adelantó al portero, cedió el balón a Antón y el extremo no acertó a marcar cuando tenía toda la portería a su favor.

El 0-0 inicial era un magnífico resultado para el Hércules, pero en el inicio de la segunda parte fallaron dos de los jugadores más fiables del equipo de Quique Hernández: Juanma Ortiz e Ismael Falcón. Y las dos pifias costaron sendos goles.

En el minuto 51, el central Morcillo le ganó claramente la partida a Ortiz y marcó de cabeza al aprovechar una asistencia de Álvaro Antón desde la derecha. El gol cayó como una losa y cuando los blanquiazules todavía estaban asimilando el bofetón, Montoro marcó el 0-2 sólo tres minutos después con la colaboración de Falcón. El mediocentro disparó desde dentro del área sin aparente peligro, Echaide desvió ligeramente el balón y después se le escurrió de las manos al meta gaditano ante la incredulidad de los 8.000 sufridores que acudieron al Rico Pérez.

La remontada era una utopía ya en el minuto 54 para un Hércules agotado física y mentalmente por la inferioridad. Los aficionados más resignados se marcharon a casa antes de tiempo y ni siquiera llegaron a ver cómo el Hércules recortó distancias sin apenas intentarlo. Un grave error de comunicación entre el central Menosse y el portero Cabrero permitió a Eldin empujar el balón a la portería y encender la débil mecha de la esperanza.

Quique Hernández dobló su apuesta, asumió riesgos y acabó con una defensa de tres centrales al sustituir a Pamarot por Gai Assulin. Pero el Hércules no le metió el miedo en el cuerpo al Recre en este tramo final, sobre todo porque el israelí y Sardinero apenas se dejaron ver tras su entrada. En cambio, los onubenses desperdiciaron un par de ocasiones claras para sentenciar, sobre todo la que marró Jonathan Valle en el 78. Se plantó solo ante Falcón tras un excelente pase de Montoro. Con todo a favor, picó el balón por encima del meta, pero se marchó por un lateral.

Víctima de las prisas y la falta de fuerzas, el Hércules no hizo méritos para evitar la undécima derrota de la temporada. Ahora toca de nuevo remar a contracorriente para salir del descenso.