Samuel Llorca regresó ayer a la órbita del Hércules, club que intensificó las negociaciones para conseguir los servicios del defensa central alicantino, actual jugador del Celta, tras tener constancia de que su actual entrenador, Luis Enrique, no ponía obstáculos a una cesión hasta junio. La operación, sin embargo, encontró un oponente: El Alavés de Juan Carlos Mandiá, extécnico herculano que conoce perfectamente las prestaciones de Samuel al coincidir con el zaguero hace tres años en Alicante. El club vitoriano, ubicado en la zona baja de la clasificación, quiere fortalecer su línea defensiva para escalar posiciones. Su necesidad, no obstante, no es menor que la del Hércules, con las piezas justas en el eje de la defensa para afrontar con garantías la segunda vuelta de la competición.
La cesión de Samuel quedó sujeta a una puja en la que se mezclaron razones económicas y sentimentales. Por un lado, la oferta del Alavés era superior a la ofrecida por el Hércules, sujeto a esos aproximadamente 35.000 euros que quedaron liberados por la marcha de Dioni al Cádiz.
El club alicantino, no obstante, activó toda su maquinaria para plantear guerra en la subasta. Carlos Parodi, presidente del Hércules, mantuvo un contacto telefónico con Antonio Chaves, director general del Celta, para intentar acercar posturas. Chaves aclaró que la cantidad ofrecida por el Alavés era mayor que la que podía asumir el Hércules, aunque al club alicantino le quedaba la baza de convencer al jugador para aceptar una rebaja de la ficha que debía pagar el Celta con tal de regresar al Hércules, club de su ciudad y donde reside su familia hasta junio. Se da la circunstancia, además, que Samuel ha sido padre recientemente y también su esposa es alicantina.
Con Samuel contactó Paco Peña, lateral herculano que coincidió con el central en la temporada 2011-12, para conocer su opinión acerca de la posibilidad de recalar de nuevo en el Hércules y tratar de convencerlo. Tanto Quique Hernández como los pesos pesados del vestuario blanquiazul ven con buenos ojos desde hace tiempo la posibilidad de contar con el defensa, un jugador de contrastada calidad que ahora necesita minutos para volver a ponerse a punto tras superar dos lesiones graves de rodilla.
El propio Samuel, desde su domicilio en Vigo, aseguraba a este periódico a primera hora de la tarde que todavía no estaba decidido su futuro, sin ocultar que estaría «encantado» acabar la temporada en el Hércules. «Debe haber acuerdo entre clubes», significó el jugador, «a mí me paga el Celta, así que es con el Celta con quien hay que negociar para cerrar el trato».
La cesión de Samuel comenzó a planear sobre el Hércules antes de que se abriera el mercado de invierno. Futbolista del gusto de Quique Hernández, el club herculano hizo la primera gestión a través de su presidente, Carlos Parodi, quien hizo saber en su día a Antonio Chaves el interés por recuperar los servicios de Samuel si el Celta decidía cederlo este mes de enero. En principio, a pesar de estar recuperándose de su lesión, la cesión parecía improbable. El propio Samuel declaró antes de Navidad a este periódico que Luis Enrique le apremiaba para ultimar su puesta a punto ya que estaba decidido a contar con él como pieza importante para la segunda vuelta de campeonato con el equipo vigués.
Sin embargo, la opinión del entrenador asturiano ha cambiado y ahora observa como mejor opción una cesión a un club de Segunda para que el alicantino vuelta a tomar el pulso a la competición durante lo que queda de campeonato.
Se incline por el Hércules o decida apearse en Vitoria, lo que parece claro es que la decisión no se va a demorar. El Celta es el primer interesado en dar curso a la operación para que su jugador encuentre pronto acomodo y vuelva a ser el futbolista por el que pagó casi medio millón de euros al Hércules.
De lo que no cabe duda es de que, a juicio de muchos, por calidad e implicación, Samuel es la opción ideal para reforzar la defensa del Hércules.
