Alfonso García Cortés se levantó de la mesa con semblante serio. El administrador concursal, visiblemente enojado, no tenía intención de tragar más con las leoninas condiciones que Javier Tebas, vicepresidente de la Liga de Fútbol Profesional, quería imponer para, en su condición de principal acreedor, someter al Hércules a duras exigencias para cumplir con los compromisos de pago de la deuda. A esas alturas ya era vox populi la indisimulada animadversión del mandatario de la LFP con Enrique Ortiz, a quien en comentarios y conversaciones privadas deseaba la peor de las suertes. De eso, los reunidos aquel día, incluido el presidente del Hércules, Jesús García Pitarch, eran conscientes, pero García Cortés decidió mantener el pulso: Amenazó con bajar la persiana y proceder a la liquidación del club si Tebas persistía en su intención de imponer el pago de la deuda que contemplara el proceso concursal a cinco años en lugar de los siete que proponía el administrador para dar algo de desahogo a la viabilidad del club: "Total, si obligas a pagar en un lustro, el Hércules no tendrá posibilidad de subsistir y, por lo tanto, va a morir igual", esgrimió el administrador concursal.

El sólido argumento expuesto por García Cortés debió pesar en la negociación, puesto que Tebas acabó aceptando prolongar el tiempo para el pago de los 20 millones de euros que quedaron como deuda tras el proceso, si bien el presidente de la LFP no dejó más espacio para rascar.

A partir de ahí, Tebas se mostró intransigente e impuso como condición para aceptar el acuerdo concursal la creación de una comisión mixta encargada de vigilar cualquier operación superior a los 50.000 euros que decidiera hacer el Hércules durante los próximos cinco años. Hasta ahí la historia, con más o menos detalles, es conocida, sin embargo lo que todavía no había trascendido era que uno de los agentes encargados de vigilar al proceso post-concursal supervisando las cuentas del Hércules, con voz y voto para dar curso al proyecto futuro es ni más ni menos que el Elche, eterno rival del club alicantino, que, previsiblemente, estará representado por su presidente, Pepe Sepulcre.

La comisión se completa con el Recreativo de Huelva y Numancia -otros dos clubes que se pueden jugar las habas con el Hércules en si continúan coincidiendo en la categoría de plata- y un representante del Real Madrid Castilla, además del consabido miembro elegido por la AFE.

Ni Tebas dio su brazo a torcer ni Pitarch fue capaz de convencerle. La negociación se cerró al dictado del vicepresidente de la LFP, con la única salvedad de la "cesión" para ampliar dos años el espacio de tiempo para la devolución de la deuda tras el órdago de Alfonso García Cortés.

Sepulcre restó trascendencia ayer al hecho de quedar designado como fiscalizador de las cuentas del eterno rival. "Somos varios en la comisión y todo se votará", aclaró. Pero desde el Hércules no las tienen todas consigo. De hecho, desde el entorno del club blanquiazul se recordaba que hace unos años hubo una votación secreta en la LFP para aprobar la creación de una comisión de investigación acerca de la compra de partidos y al final "no coincidieron las cuentas" con los apoyos anunciados con anterioridad a la reunión.

Del mismo modo, otra fuente cercana a la cúpula herculana se preguntaba si Recreativo y/o Numancia se resistirían a sacar provecho al tener información de algún jugador de la agenda del Hércules cuya incorporación deberían aprobar y que pudiera interesarles. Lo cierto es que entre todos los clubes que se han acogido a ley concursal, hasta el momento ninguno queda sometido a la fiscalización de sus cuentas por parte de una comisión de control de la LFP al extremo que lo está el Hércules, lo que no dice mucho a favor de una negociación que el presidente García Pitarch calificó como exitosa.