En el Hércules de Juan Carlos Mandiá han pasado más jugadores por la posición de nueve que los meses de competición que se llevan jugados. Desde septiembre han ejercido la función de ariete David Aganzo, Urko Vera, Míchel, Adrián Sardinero, Felipe Sanchón, Tote y Gilvan Gomes. El brasileño ha sido el último en ocupar la demarcación. Se estrenó el viernes en el Miniestadi con una destacada actuación, siendo el autor de la jugada que finalizó en el gol en propia puerta de Armando que, a la postre, le dio los tres puntos al equipo alicantino en su visita al Barcelona B.

A la finalización del entrenamiento de ayer del Hércules en las instalaciones de Fontcalent Gilvan fue preguntado por sus sensaciones como jugador más adelantado en el esquema de Mandiá. El exfutbolista del Huesca aseguró que hace dos años jugó "quince partidos" como delantero centro aunque manifestó que no es su "demarcación natural".

El baile en el puesto de nueve está originado por muchas causa. Una de las que tiene más peso es que el jugador que en un principio estaba destinado a ser la referencia ofensiva del equipo, David Aganzo, ha pasado por un sinfín de problema que le han tenido más tiempo en la enfermería que sobre el césped, desde las paperas hasta los problemas musculares. Ya es célebre su "sólo me falta quedarme embarazado".

El siguiente en la lista, siempre en la teoría, era Urko Vera. El vasco ha marcado cinco goles y ha jugado en una cantidad relevante de partidos, diecisiete, aunque no en todos de forma completa. A pesar de ello parece que no goza de la plena confianza de Mandiá. Prueba de ello es que tras marcar contra el Deportivo ocupó el banquillo en Huelva y Barcelona.

El máximo goleador del equipo, Míchel Herrero, no se ha visto exento de jugar como ariete. El valenciano ha desempeñado el rol de falso-delantero, lo que en el fútbol actual supone un punta que prioriza la asociación con los medios y la apertura de espacios a las funciones clásicas del jugador que merodea el área contraria.

Otros miembros de la plantilla blanquiazul como Adrián Sardinero y Felipe Sanchón, que casi siempre que han participado han ocupado los costados del ataque, también han llegado a jugar como arietes. La penúltima prueba que ha hecho Mandiá fue la de Tote en Huelva, experimento que no salió del todo bien a tenor del juego que desplegó el Hércules sobre el césped del Nuevo Colombino.