La enésima crisis desatada en el seno del Hércules tras la renuncia del comité ejecutivo por desavenencias con el máximo accionista Enrique Ortiz movilizó ayer hasta a la alcaldesa de Alicante. Sonia Castedo se reunió con el director deportivo, Sergio Fernández, y el entrenador, Juan Carlos Mandiá, para intentar frenar la renuncia del primero y, por ende, una previsible desbandada en el organigrama técnico del club. Aún con la disyuntiva entre la lealtad al anterior equipo directivo y la supervivencia del proyecto en curso, Fernández comenzó a reconsiderar ayer su decisión inicial de abandonar el club. De hecho, anoche, al cierre de esta edición, se inclinaba por continuar pese a las dimisiones de Huerga, Palacio y Quintanilla.

La reunión entre Castedo, Fernández y Mandiá se celebró a mediodía en un hotel del centro. Alarmada por las noticias de la fractura entre Ortiz y el comité ejecutivo dimisionario -Perfecto Palacio, Juan José Huerga y Miguel Quintanilla-, Castedo citó a los máximos responsables técnicos del Hércules para intentar minimizar el alcance de los daños. Consumado el adiós de los directivos, su objetivo era impedir que les acompañaran el director deportivo y el entrenador, lo que abriría una crisis deportiva e institucional de consecuencias imprevisibles. Para ello, la alcaldesa les dio garantías de que no habrá injerencias de Ortiz en la parcela técnica tras el nombramiento de Carlos Parodi como consejero delegado de la entidad. Según la tesis del máximo accionista, ese nombramiento obedece a un requisito legal de los administradores judiciales par que la figura del consejero delegado coincida con la persona que legalmente representa al club como director general, cargo que desempeñaba Carlos Parodi.

Además de las explicaciones de Castedo, Sergio Fernández también tuvo que escuchar el requerimiento de Mandiá para que reconsidere su decisión de seguir el camino de Palacio y compañía, habida cuenta del alto número de profesionales del club cuya continuidad depende de la del director deportivo. Y es que, al margen de las gestiones directas asumidas por Fernández para la incorporación de los 16 nuevos futbolistas de la primera plantilla, hasta una quincena de profesionales técnicos y médicos contratados por el club están estrechamente vinculados al director deportivo. El primero de ellos, el propio entrenador, que ha recordado en las últimas horas a Fernández la desbandada general que la salida de éste traería consigo en el cuerpo técnico. Así, junto a Mandiá trabajan estrechamente Quique Sanz, De la Fuente y Puche. La relación de técnicos de la primera plantilla se completa con Carmelo del Pozo, Carlos Castro y Gallego. A todos ellos habría que unir al doctor César Covián.

Pero aún hay más. De la mano del director deportivo han llegado al fútbol base del Hércules Rafael Coco, Juanmi Gelabert, el preparador físico Marcelo y el educador Santiago Peña, así como el entrenador del filial, Vicente Borge, y el del juvenil, Vicente Ruso. De modo que una hipotética de Fernández podría arrastrar a todo el organigrama médico-técnico del club en la tercera jornada de Liga con imprevisibles consecuencias para la supervivencia del proyecto.

Agrupaciones Herculanas

Y mientras el tándem Castedo-Mandiá intentaba persuadir a Fernández para que siga, la Asociación de Agrupaciones Herculanas se reunía anoche con el nuevo consejero delegado, Carlos Parodi, para reclamarle que mantenga la "acertada línea de colaboración" implantada por Palacio en su corta andadura al frente del club. "Le diremos a Parodi que no estamos de acuerdo con sus decisiones como director general y que tiene que cambiar", explicó Enrique Tébar, presidente de la asociación, que también reiteró su "cerrado apoyo" a Sergio Fernández. Previamente, los peñistas se reunieron con Castedo, que les reclamó que sus reinvindicaciones sean "en positivo por el bien del club y la ciudad".