Había expectación por ser el primer encuentro entre Hércules y Levante, en primera, en el Rico Pérez, y porque Miguel Campoy estrenaba el sillón noble del Estadio como presidente de la Fundación Hércules, relegando a Enrique Ortiz a una segunda fila. Un "duelo entre caballeros" que transcurrió con la misma normalidad que el relevo, y que terminó con un amistoso apretón de manos para celebrar el resultado del encuentro. Campoy se giró y ahí estaba la mano de Ortiz, flanqueado por Carlos Parodi y Paquito, secretario técnico. En primera fila, junto a Campoy, Valentín Botella; la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo; los concejales Andrés Llorens e Isabel Fernández, además de Juanjo Huerga; directivos del Levante y su presidente, Quicó Catalán.

Una vez sentados, en el palco no se echó de menos a nadie de los habituales, incluidos a los consejeros como Francisco Maestre, al que el presidente de la Fundación del Puerto, Agustín Palao, convidó a un puro "el de la suerte. No falla", dijo, y éste no dejó que se le apagara hasta el final del encuentro.

Y, ¿cómo se vive un partido desde ese lugar privilegiado del Rico Pérez? como una tarde de fútbol, en familia -que se lo digan a Marta García Romeu que intentó combinar partido e hija de dos años- y con amigos, aunque con refrescos y pinchos gratis, y pantallas gigantes para ver las repeticiones.

En los asientos de Presidencia, donde el protocolo marca que nadie debe levantarse aunque vea el golazo de su vida -con el segundo tanto del Hércules se olvidó- vimos a la "creme de la creme": al delegado de Defensa, Carlos Dupuy -, al empresario Antonio Arias; al nuevo presidente del Real Liceo, Antonio Marquerie, y a su antecesor, Manuel Rodríguez Murcia. Hubo ausencias entre los habituales del PSOE como Lalo Díez, pero vimos a Ángel Franco. También disfrutaron del partido Miguel Mérida, de Cruz Roja; el comandante naval, Bruno Fernández; el concejal Antonio Sobrino, y el presidente de los comerciantes, Pedro de Gea; así como el delegado de árbitros, Antonio Guijarro; Mariano Postigo, y Vicente Uriol.

Y en la zona Vip, donde uno puede levantarse y hasta gritar, siguieron el partido los jugadores Javier Farinós, Paco Rufete, y Pulhac; además del padre de Tote, Marcelino, que no dejó de recibir felicitaciones por el pase de su hijo a Valdez que, de cabeza, lo transformó en gol -¡el tercero!-; el empresario Felipe Fuster que iba y venía, al igual que Julián, relaciones públicas del Hércules, o Nacho Mangada, ex presidente de la Fundación, y los restauradores Jaime García y su hijo Jaime, así como Antonio Solana, ex presidente del Alicante, entre otros.