Por primera vez en 65 años, la Comunitat Valenciana vuelve a reunir cuatro equipos en la máxima categoría. La consolidación del Villarreal en la última década, y los recientes ascensos de Hércules y Levante UD reavivan la rivalidad entre los clubes valencianos. Este fin de semana se escenifican dos derbis autonómicos: el Hércules-Valencia y el Levante-Villarreal.De todos los enfrentamientos, el que alcanza un grado de competencia y tensión más elevado es el que medirá a herculanos y valencianistas.

Cada vez que han coincidido en el Rico Pérez, la visita del Valencia se ha considerado como el partido del año, y es en ese estadio donde los blanquinegros han padecido un ambiente más hostil en su contra. En el plano deportivo, es un estadio que al Valencia se le ha dado tradicionalmente mal. De 19 visitas en Primera División, el equipo de Mestalla sólo ha logrado vencer en tres, con un saldo desfavorable de 20 goles a favor y 37 en contra. Especialmente en la década de los 70, los mejores años herculanos, cada visita del Valencia era sinónimo casi seguro de derrota.

El último triunfo, un 0-2 en la anterior comparecencia del Hércules en Primera en el curso 96-97, sirvió para romper una racha de 55 años sin vencer en Alicante. Esa visita fue la que originó los disturbios más graves. Después de un partido de alto voltaje, con intercambios de cánticos entre las dos hinchadas, el medio millar de aficionados del Valencia que aguardaba dentro del recinto por razones de seguridad, se quejó de recibir docenas de pedradas procedentes del exterior del estadio. Los incidentes fueron especialmente violentos en la mitad de los 80. Hércules y Valencia pasaron a ser rivales directos, ya que descendieron juntos a Segunda, categoría en la que lucharon por volver a la máxima categoría. Era una época en la que el fenómeno "hooligan" empezaba a tener raíces en España -en Europa estaba muy tierna todavía la tragedia de Heysel- y las fuerzas de seguridad se enfrentaron a un peligro hasta ese momento desconocido y difícil de contener.

En la mutua antipatía entre las dos también anidan aspectos extradeportivos que ven en el fútbol un altavoz para su proyección, como las rivalidades sociales y geográficas. En el último Hércules-Valencia en Liga, los aficionados valencianistas cantaron la parte final del himno regional con intencionalidad poco amistosa.

A pesar de la prolongada ausencia de 13 años del Hércules en Primera, la animadversión ha seguido latente y, lejos de evaporarse, ha vuelto a manifestarse. Como ejemplo queda el pronunciamiento de las peñas del Hércules, que acordaron no celebrar actos de hermanamiento con los hinchas valencianistas por precaución. Tanto al Valencia CF como al Elche se les tilda de "enemigos deportivos irreconciliables". Desde las directivas se ha hecho un llamamiento a la cordialidad y a que toda la pasión quede reducida al terreno de juego, donde se enfrentarán dos conjuntos en un buen momento deportivo.