El ascenso del Hércules hizo reventar anoche la Plaza de los Luceros de euforia. Miles de alicantinos se dieron cita en el entorno de la fuente -a la que el Ayuntamiento cortó el suministro de agua- para recibir a los protagonistas de la noche y celebrar la victoria del equipo.

Aunque los momentos de gloria se vivieron más allá de la medianoche, cuando la plantilla y el equipo técnico y directivo llegaron a Luceros en autobuses desde el aeropuerto de El Altet, ya desde el momento en el que el árbitro pitó el final del partido, el entorno de la fuente y las calles adyacentes eran un constante llegar de aficionados.

A las 23.50 horas llegaron los jugadores al Rico Pérez desde el aeropuerto de El Altet escoltados por una decena de policías. En el recinto blanquiazul fueron recibidos por una multitud que aguardó al grito de "A Primera, a Primera". Cuatro autobuses descapotables aguardaban para llevar a familiares y aficionados, así como a la cantera. A las 00.30 partieron hacia Luceros. En el autobús que desplazó a los jugadores se descorcharon varias botellas de champán para amenizar el trayecto.

La emoción fue máxima cuando sobre la una de la madrugada hizo acto de aparición la plantilla del Hércules. Los jugadores, entrenador y cuerpo técnico fueron subiendo por la pasarela al tiempo que eran aclamados por los miles de aficionados. Las mayores ovaciones para Farinós, Rufete, Tote y Kiko Femenía.

El primero en hablar fue Paquito y posteriormente subieron a la pasarela Sonia Castedo, Enrique Ortiz y Valentín Botella, que fueron manteados por los jugadores. El máximo accionista se dirigió a los presentes señalando que "lo mejor que tiene el Hércules es su afición". Mientras, Botella, con la voz entrecortada, apenas pudo decir "macho hércules". Por su parte, Castedo mandó un irónico saludo a Lopera, máximo accionista del Betis. Por su parte, Tote pidió un aplauso para sus compañeros.

Los jugadores acabaron bañándose en la fuente de la Plaza de los Luceros.