Joseba del Olmo y Jorge Alonso se desenvuelven igual de bien con un balón en los pies que con una tiza en la mano. Trazan fórmulas matemáticas con la misma destreza que diagonales sobre el césped. Compaginan el fútbol profesional con sus estudios universitarios y sacan horas de estudio cuando la competición frenética de Segunda División les concede una tregua.

Alonso y Del Olmo trasladaron el pasado verano sus expedientes a la Universidad de Alicante (UA) y Universidad Miguel Hernández (UMH), respectivamente, y acaban de saldar con relativo éxito sus exámenes del primer cuatrimestre. "Eso de estudiar desde el primer día es un mito", bromea Del Olmo, que a sus 28 años ya es licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad del País Vasco y ahora estudia, en Elche, Ingeniería Mecánica. "Se nota que la UMH es una universidad casi nueva y es muy diferente a la del País Vasco. Allí el trato era más personalizado y apenas éramos 30 por clase porque nos dividían en grupos. En Elche somos ciento y pico...", reflexiona Del Olmo, que el pasado sábado se perdió el partido ante el Villarreal B por sanción.

Al extremo vasco le faltan horas en época de exámenes como la actual. "La mayoría de chavales tienen todo el día para estudiar, pero yo tengo que entrenar por la mañana y por la tarde hago lo que puedo, ya que vivo fuera de casa y también hay que echar una mano en las tareas domésticas", admite.

Del Olmo realizó hace un par de semanas exámenes de Informática y Tecnología Mecánica y uno de ellos le obligó a llegar tarde a un entrenamiento. "Ningún entrenador me ha puesto nunca ningún problema y Esteban Vigo no es la excepción", señala el extremo vasco, uno de los jugadores del Hércules más apreciados en el vestuario por su humildad.

Por su parte, Jorge Alonso ve cada vez más cerca el título de ingeniero técnico en Obras Públicas. "En Salamanca sólo me quedaban 13 asignaturas para acabar la carrera y ahora, con el cambio de expediente, me quedan 25 y casi tengo que empezar de cero", reconoce el jugador, llegado el pasado verano al Hércules como uno de los mediocentros más prometedores de Segunda. Incluso Pep Guardiola se puso en contacto con él para que se enrolara en el filial del Barça, pero el salmantino ya se había comprometido con el Hércules. "No me costó tomar la decisión porque ya tenía ganas de cambiar de aires", admite Alonso.

"Lo que más me cuesta es habituarme a una rutina de estudio porque no es fácil. Desde fuera se ve muy cómoda la vida del futbolista, pero todos los fines estamos concentrados o viajando y eso lo complica todo", destaca el salmantino, de 24 años.

Alonso suspira porque se aplique cuanto ante el "Plan Bolonia", ya que le daría un espaldarazo casi definitivo en su objetivo de finalizar Obras Públicas. "Ahora podemos vivir del fútbol, pero es fundamental tener formación porque la vida nunca sabes lo que te va a deparar", reflexiona el centrocampista.

Del Olmo le mira con gesto cómplice: "Está claro es que no te sacrificas tanto por amor al arte. Trabajé en el departamento de contabilidad de una empresa y confío en que cuando deje el fútbol pueda seguir ganándome la vida gracias a mi formación".