Los depósitos son el producto por excelencia del ahorrador medio, además de conseguir rentabilizar nuestro dinero nos ofrecen la seguridad que necesitamos.

Todo particular que no pretenda evitar la depreciación de sus ahorros debe realizar inversiones con el fin de obtener un interés a cambio. Esta situación es generada por aumento sostenido y generalizado de los precios de los bienes y servicios, técnicamente conocido como inflación. Si los precios aumentan y no lo hace a la par nuestra renta disponible, estaremos perdiendo capacidad adquisitiva.

¿Cómo funcionan los depósitos?

El mecanismo es sencillo, además de accesible a cualquier ahorrador. Lo único que tiene que hacer el cliente es determinar la cantidad que entregara a la entidad bancaria seleccionada. A cambio de mantener depositado durante un tiempo fijado, obtendrá un rendimiento que el banco se compromete a otorgar en concepto de intereses.

Este producto financiero permite conocer de antemano, antes del vencimiento, la rentabilidad que se desprenderá de la operación. Por esto mismo quien quiera invertir lo podrá hacer sin necesidad de tener un conocimiento especializado en el mercado financiero. La remuneración vendrá determinada directamente por la Tasa Anual Equivalente (TAE) ofrecida. Pero para conseguir el mejor producto, no solo debemos atender a esta característica.

Las condiciones que debemos comprobar antes de su contratación

Aunque no es necesario dominar el mundo de las finanzas para realizar una buena inversión, sí que es imprescindible saber una serie de conceptos para poder comparar los productos.

-TAE: Es el interés real que se aplicará a la operación. Hace referencia directa al capital final que recibiremos tras el tiempo transcurrido.

-Liquidación de los intereses: Una vez que tenemos derecho a percibir las ganancias, los intereses se han devengado, el banco está obligado a transferirlas. En el contrato se pactará la frecuencia con la que se entregarán los intereses. Generalmente cuantas más sean las pagas recibidas mejor será para el cliente. A parte de tener liquidez existe la posibilidad de reinvertir los rendimientos y así seguir rentabilizar al máximo todo nuestro dinero.

-Plazo: Tiempo por el que no podremos disponer de nuestro dinero y durante el que se le estará aplicando la TAE. Esto supone que seremos conscientes del final de la obligación, de aquí que también se les denomine Imposiciones a Plazo fijo (IPF).

-Capital inicial: La cantidad que se entregará al banco debe encontrase dentro de los límites fijados, si es que los hubiese.

-Retiradas parciales: Aunque no se suelen permitir, a veces existe la posibilidad de sacar parte del depósito. Es una condición muy interesante cuando el plazo es largo y no sabemos con seguridad si necesitaremos efectivo. También es verdad que las comisiones por estas operaciones son elevadísimas.

-Cancelación anticipada: se procede a cancelar el depósito antes del fin prefijado, si utilizamos este mecanismo estaremos mermando en gran medida nuestra rentabilidad. Porque las penalizaciones que se suelen imponer afectan de manera directa sobre el interés que se verá notablemente reducido. Hay determinados productos que están libres de esta comisión.

-Renovación automática: Esta figura permite volver a contratar el producto si el cliente lo desea. No se da con frecuencia porque las entidades buscan que se invierta dinero nuevo (procedente de otras entidades).

Con la perfecta combinación de estas condiciones podremos conocer cuál será el producto que mejor se adaptará a nosotros según las necesidades que tengamos.

El mercado actual

Es raro encontrar productos que superen la barrera del 2,00% TAE, por lo que el sueño de conseguir una gran remuneración queda lejos de cumplirse. Con la noticia de que el BCE ha vuelto a fijar los tipos en un nuevo mínimo histórico, bajándolos del 0,25% al 0,15% la situación se vuelve más difícil.

Las personas que tienen un perfil medio de riesgo, que es sin duda la mayor parte de la población. Tienen más complicado encontrar un producto que se adapte a sus características porque significa escalar un puesto, y acercarse a operaciones más peligrosas. Una buena opción puede ser la de reducir el plazo de la obligación a la espera de que los intereses se eleven un tanto.

Aunque sea más difícil encontrar buenos depósitos eso no significa que existan. Siguiendo con la estrategia de invertir con el fin de obtener con la mayor rapidez nuestro capital, entre otras opciones, destacan:

A corto plazo existe el Depósito a 3 meses de ING Direct cuyo interés se ha marcado en el 2,00% TAE y que se recibirá al finalizar el plazo. Existe una disponibilidad total del dinero, porque se permite la cancelación anticipada y además no se deberá pagar por ello. Para que se pueda contratar el banco exige tener activa su Cuenta Naranja. Las buenas condiciones que ofrecen solo se pueden conseguir si accedemos a una vincularnos con la entidad.

Con un plazo también aceptable podemos conseguir el Depósito Bienvenida de Openbank, con una TAE del 2,00% a cambio de mantener depositado el dinero durante 6 meses. No tiene inversión mínima pero si máxima, de 150.000 euros. No se acepta la renovación automática al vencimiento ni las disposiciones parciales de dinero, en cambio se permite la cancelación anticipada pero con una penalización del 1,50% por el tiempo transcurrido desde la contratación hasta la cancelación.

Aunque parezca que la remuneración que obtendremos no será grandiosa, es mejor escoger una pequeña rentabilidad a dejarla de obtener.