Uno de los productos de ahorro más conocido por los clientes son las denominadas cuentas remuneradas o como se pueden llamar también, cuentas de ahorro.

Son una forma bastante interesante de ahorrar manteniendo en todo momento la liquidez inmediata y la totalidad del dinero que haya en ella, como una cuenta corriente habitual, pero con la ventaja de que se disfruta de una rentabilidad similar a la de los depósitos bancarios.

En caso de disponer del dinero de la cuenta, no hay que pagar ningún tipo de comisión por ello, a diferencia de lo que ocurre en muchos de los depósitos bancarios donde sí que penalizan por la cancelación anticipada.

En este sentido podemos definir una cuenta remunerada como una cuenta de ahorro, con el dinero a la vista, que posee una rentabilidad que puede variar en función del dinero que posea o bien en función del plazo de tiempo. Generalmente al inicio de la misma se remunera más para luego reducir la rentabilidad.

Diferencias entre una cuenta de ahorros y otros productos financieros

Varias características suelen diferenciar a una cuenta remunerada de otros productos.

Frente a las cuentas corrientes de toda la vida, tiene en común que posee completa liquidez del dinero que haya en ella y una disponibilidad inmediata del mismo.

Pero, a diferencia de estas cuentas, casi todas las cuentas remuneradas del mercado limitan la operatividad que se puede tener con ellas, es decir, frente a la operativa total que puede realizar un cliente en una cuenta corriente, en las cuentas remuneradas no se suelen admitir domiciliaciones de ningún tipo, ni que se le vinculen tarjetas ni realicen transferencias desde ella. Tienen limitada la operatividad de forma clara con respecto a las cuentas corrientes.

Frente a los depósitos, tienen en común que rentabilizan el dinero depositado en ellas, aspecto que no había en las cuentas corrientes, sin embargo, mientras que lo más habitual en los depósitos tradicionales es que el interés se mantenga constante a lo largo de la vida del mismo, en las cuentas remuneradas suele haber un período inicial de 3 o 4 meses en que casi todas las entidades ofrecen un tipo de interés bastante elevado para atraer a nuevos clientes y posteriormente se reduce el tipo ofrecido por debajo de lo que ofrecen los depósitos.

Como ventaja frente a estos, así como muchos depósitos o imposiciones a plazo fijo poseen una comisión por cancelación antes del vencimiento del producto, las cuentas remuneradas permiten cancelar y disponer del dinero en cualquier momento sin gastos y sin comisiones.

Unos ejemplos de cuentas remuneradas de las que podemos hablar sin ir más lejos son la Cuenta Naranja que comercializa ING Direct, de los primeros productos de similares características que operan en el mercado financiero español o la Cuenta Azul, su gran competidora que está en el mercado de la mano de iBanesto, el banco online de Banesto.

En ambos ejemplos vemos como para captar inicialmente al cliente nuevo se le ofrece un tipo de interés que está muy por encima del que ofrecen los depósitos, por ejemplo ING Direct ofrece un 2,60% TAE durante los 4 primeros meses de vida de la cuenta para luego reducirla al 1,20% TAE.

Ahora iBanesto ya no ofrece este plazo inicial con un interés más elevado y ofrece directamente una rentabilidad del 1,25% TAE.