Bien es sabido que me encanta preguntarle a nuestros insignes alicantinos más internacionales qué hacen con su tiempo libre, fuera de cotilleos, pues también he de reconocer que alimenta mi potente curiosidad. La cosa va de consejos, las sugerencias que me encanta que nos transmitan ellos que, con tanto viaje, ven con mirada fresca y distinta nuestra tierra al volver. El título de esta página es la combinación perfecta de un tipo excepcional, buena gente y mejor profeta de nuestra cultura como es Josep Vicent. Poca gente sabe que al alteano más «conegut» de esta parte del hemisferio Mediterráneo, lo conocí hace muchísimos años cuando Hannibal Laguna y yo éramos casi uno, porque era lo poco que me quedaba por hacer en las horas y sueños que compartíamos, transformarme en su pura prolongación física, mismamente, e incluso «catárticamente». Pues bien, por aquellos años el ahora navegante pasional y aficionado total a la vela en sus ratos libres, eligió a Hannibal para toda una puesta en escena de ópera en el Teatro Real y su nueva vida girando por el mundo sin parar. Años después y muchas orquestas, premios y curriculum, mira por donde regreso a su tierra de la mano de un gran proyecto, el ADDA, y desde aquí a vivir a caballo en Altea de nuevo, donde tiene una casa preciosa mirando a ese mar que le fascina como a su buen amigo Serrat (al que por cierto junto a Miguel Poveda, Luz Casal o Ute Lemper se trae este verano a Alicante, toma nivel). Sé de buena tinta que, como no soporta no ver el sol y el bendito recurrente azul profundo, vive ahora también en un piso casi en el cielo cerca de ese ADDA que le quita el sueño y con el que sueña. Me dice que navegar por el entorno del Mascarat no tiene precio, que comer en Ca Toni o en el Cranc es de lujuria, que «arrocear» en el Hotel San Miguel es un clásico imposible de perderse? todo eso en su bella Altea. Que las calles de Altea la Vella con su pequeña y bella ermita son una delicia donde de vez en cuando artistas como Pep Ginestar expone piezas emblemáticas. El arte le fascina y te enseña con amor cada uno de sus pequeños lujos como la Silla famosa de los Eames, la Playwood o el sillón Mies Van der Rohe, Pantom o Faba.. iconos que adora junto a Azorín ( Pepe Diaz Azorin) con el que comparte su gusto por las manosy sus detalles de tremenda solvencia en el dibujo. El MARQ le fascina porque le transporta también a otra realidad histórica, los clásicos. Los olivos, el olor del campo con el jazmín de estas fechas le reconforta para crear y componer, tanto como el Chile que ha redescubierto una vez mas cruzando su desierto junto al mar o navegando por sus aguas únicas. Pero como en Altea, dice, nada similar. Supongo que sacar la vela con el olor de esta tierra no tiene nada igual. De Alicante ciudad descubrió la Volvo y le gustó. De hecho tuvo la «osadía» de regalarnos un concierto, con una puesta en escena en la que destacaba su corbata de perritos de Williot y nunca le agradeceré suficiente haber podido escuchar a Michael Nyman en directo, uno de los diás más vibrantes de mi vida. Desde su amor por lo nuestro, os deseoun buen finde.