Había una vez... un príncipe heredero que era el orgullo de su padre, el rey de un reino encantador. Todos en el reino compartían la felicidad del monarca, agasajaban con regalos al bebé y deseaban lo mejor para él. Bueno, todos, todos, no. Despechada por los celos, una malvada bruja que odiaba el amor verdadero, regaló al pequeño príncipe un extraño don: ser absolutamente encantador. Tan encantador, que ni una sola mujer sería capaz de no caer rendidamente enamorada al instante de conocerlo. Este es el comienzo de un largometraje de animación que repite en alguna medida el contenido de Shrek, pero que remite, asimismo, a La bella durmiente. Dirigida por Ross Venokur.