Vuelve de nuevo a las pantallas cuando todavía no se han apagado del todo los ecos de sus dos primeras aventuras, Lara Croft. Tomb Raider (2001) y Lara Croft. Tomb Raider. La cuna de la vida (2003) y lo hace con una renovación total de su equipo técnico y de su reparto. En efecto, si la protagonista inicial, la norteamericana Angelina Jolie, ha dejado paso a la actriz sueca Alicia Vikander, ganadora del Oscar en 2015 por La chica danesa, el director es ahora el noruego Roar Uthaug, que sustituye a Simon West y Jan de Bont. La novedad de mayor peso en el tratamiento de la historia y de los personajes es que ahora tiene una influencia notable el videojuego del que surgieron las dos primeras cintas.

Lara Croft es la hija ferozmente independiente de un excéntrico aventurero que desapareció cuando ella era apenas una adolescente. Ahora, se ha convertido en una joven sin ningún propósito en la vida. Se abre paso por las caóticas calles del East London, el barrio de moda, como mensajera en bicicleta, un trabajo que apenas le da para pagar el alquiler. Decidida a forjar su propio camino, se niega a tomar las riendas del imperio empresarial de su padre y con la misma firmeza se niega a reconocer que él se ha ido para siempre.

Lara deja atrás todo lo que conoce y va en busca del último paradero conocido de su padre: una legendaria tumba en una isla mítica que podría estar en algún lugar de la costa de Japón. Pero su misión no será fácil; de hecho, llegar a la isla entrañará de por sí enormes peligros. De repente, Lara tendrá que enfrentarse a retos aún mayores y, contra viento y marea y gracias a su inteligencia, su fe ciega y su espíritu inquebrantable, debe aprender a superar sus límites mientras se adentra en lo desconocido. Si sobrevive a esta peligrosa aventura, podría ser su bautismo de fuego para ganarse el nombre de tomb raider.

La película está salpicada de numerosas guiños al videojuego Tomb Raider de 2013 (el primero data de 1996, el más vendido de toda la historia de la franquicia y fue una fuente de inspiración para los realizadores, al igual que la versión actualizada del personaje. Uthaug afirma: «Me enganché al juego, y por supuesto al personaje de Lara, una chica fantástica que resuelve todos los rompecabezas, evita todas las trampas y saquea las tumbas. Pero cuando vi lo que habían hecho con el juego en 2013, me fascinó la versión auténtica y descarnada del personaje».