Por fin, tras las lluvias, llegaron los días de sol. La vida se asoma por cada esquina en una naturaleza desbordante. Esta tierra tiene muchas cosas, pero nada comparable a sus puestas de sol sobre el mar, las salinas y desde luego esa montaña divina que florece justo ahora. Llena de almendros, los valles de Xixona, la Marina, la Font Roja o la Vall de Gallinera, el nacimiento del Segura y la huerta de San Miguel de Salinas, cada rincón es una foto, como bien dice Pepe Calvo. Este finde se inaugura Noir Serpentin, la expo de Juan Carlos Nadal en la galería Aural (una joya expositiva pionera en el arte inspirada en Loie Fuller y la danza contemporánea), una auténtica belleza y empieza una primavera llena de arte. Así que he consultado a mis queridos «auguri» del arte de esta tierra y he «atracado» personalmente a Pepe Calvo, Isabel Tejeda, Begoña Deltell, Miguel Bañuls o Juanjo Hernández y este es el resultado de sus consejos. Allá va. Mi querida Isabel Tejeda, Premio Espai y un sinfín de premios más como la mejor crítica de arte de esta tierra, me recomienda ir a Fleix, en la Vall de Laguar, o llamado también Poble d'Enmig con su casas rurales; el indispensable Museo de Arte Contemporáneo de Alicante y su impagable terraza con vistas al moro del Castell de Santa Bárbara, y una visita de horas al Archivo Municipal de Alicante, para bucear entre los papeles preciosos de nuestra vida y nuestros siglo. Una visita a los estudios de Josep Ginestar, Jesús Zuazo o la propia Begoña Deltell y Tano Ferrandez (su pareja en la vida y en el arte y uno de los mejores fotógrafos también de esta tierra).

La propia Begoña, además del MACA, me dice, y con razón, que Emilio Varela (con la expo actual) es un indispensable en el Mubag y despúes una visita a un tailandes del casco histórico y un cafetito en Santa Cruz, al atardecer y más ahora, con la vida por delante. Juanjo Hernandez disfruta como un niño en el Taller el Tumbao, en Benalúa, donde la familia Reig ha montado un club abierto a la gente y súper alternativo para disfrutar de música, actividades y hasta copas. Pero sobre todo me recomienda una increíble visita a la casa rural El Molino del Gallo, en Monegre, un lujo asequible para ser muy feliz en una piscina entre naturaleza y un ambiente increíble al calor del fuego de toda la vida en plena huerta y perderse a tope, en buena compañía, como le pierde la vida a Pepe Calvo, uno de los grandes talentos de nuestra fotografía, e irse con el tupper a la cala del hotel Montiboli o en Campomanes de Altea y soñar, luego un atardecer en Altea la Vella, no menos maravillosa que la de toda la vida o en el Cap Negret. Su museo favorito es el MUA de la Universidad de Alicante y lo comparte con María Luisa Rivera que luego le hace un arrocito al horno en la terraza de su precioso restaurante en Gabriel Miró. Miguel Bañuls, gran escultor como su abuelo, grande como él solo, es fan absoluto del Maigmó en esta época, donde los neveros de siglos pasados son joyas de vida y valores de historia para visitar y disfrutar respirando pinos de inmenso valor. La Barrita de Santa María le fascina por esa terraza, como El Campello en cualquiera de esos cafés de toda la vida, al final del paseo. Pero lo que de verdad le emociona es levantarse al amanecer en Tabarca, donde veraneaba desde pequeño y le emociona el recuerdo de ese mar, esa increíble profundidad azul de las mañanas con un café en el embarcadero de pescadores, ahora que todavía se puede. Y visitar, como no, a los amigos con taller. Y me falta contaros que Valiente Verde, listo de papeles en Photoarte, muy recomendable, me ha descubierto el sitio más bello que imaginé. La antigua bodega palacio en el campo poco explorado de las Atalayas, casa rural de un gran actor que un día decidió refugiarse aquí, entre nosotros. Feliz finde, ya casi huele a azahar y no me lo quiero perder, nada de nada, y por nada.