Cuenta la azarosa vida de Dominika en los años de la guerra fría y todo el proceso a través del cual se convierte en un «gorrión», el término con el que se define a las espías en los tiempos de posguerra. Es la adaptación de una novela del ex agente de la CIA Jason Matthews. Se trata del séptimo largometraje para la gran pantalla del director austriaco Francis Lawrence (la trilogía de Los Juegos del Hambre, Constantine, Soy leyenda, Agua para elefantes). En Gorrión Rojo vuelve a dirigir a Jennifer Lawrence, ganadora del Oscar en 2012 por El lado bueno de las cosas. Dominika Egorova es una joven rusa muy atractiva que sufre una lesión que pone punto final a su carrera y que, tras la muerte de su padre, es reclutada por los servicios secretos de su país. Dominika y su madre se enfrentan a un futuro oscuro e incierto. Por este motivo es manipulada para convertirse en la nueva recluta de una academia de espías. Es una agencia secreta de inteligencia que entrena a jóvenes excepcionales como ella para usar sus cuerpos y mentes como armas. Tras un entrenamiento sádico y perverso, se convierte en la espía gorrión más peligrosa que el programa jamás haya producido. Dominika debe reconciliar la persona que una vez fue con el poder que ahora domina, poniendo su propia vida y la de todos a los que ama en peligro, incluyendo a un agente de la CIA que intenta convencerla de que él es la única persona en quien puede confiar.

Desde el momento en que el director leyó el libro, sabía que uno de los objetivos principales sería mantener los elementos clave de la historia de Matthews. «Hay una parte de sexualidad en el libro», comentó Francis Lawrence. «Hay violencia en el libro. Hay una especie de osadía y quería asegurarme de que quedaba reflejado. El aspecto en el que trabajamos duro fue en asegurarnos de que el proceso fuera orgánico, y no gratuito o artificial. La idea nunca fue hacer un thriller erótico ni tratar de excitar de ninguna manera, sino asegurarse de que el contenido pareciera realmente natural para la historia y el dilema del personaje, así que modulamos cuidadosamente todo lo que era sexual o implicaba algún desnudo o partes violentas para encontrar ese tono correcto».