Fue la gran sorpresa del Festival de San Sebastián de 2017, al hacerse con la Concha de Plata a la mejor directora, la argentina Arahí Berneri, y con la Concha de Plata a la mejor actriz, Sofía Gala Castiglione. Era la primera vez que una mujer lograba una doble Concha de Plata en la historia del certamen. Calificada de urgente, callejera, carnal, amorosa y política, es la quinta película de la directora, de la que en España solo se ha visto y en régimen casi clandestino un título previo, Encarnación, que se rodó en 2007.

Alanis es trabajadora sexual, tiene un hijo y comparte piso en el centro de Buenos Aires con Gisela. Ambas mujeres cuidan del bebé y reciben a sus clientes en el apartamento. Todo cambia cuando dos inspectores municipales irrumpen en su domicilio y detienen a Gisela acusada de trata de personas. Expulsada de su piso, Alanis se traslada temporalmente a casa de su tía. Cuida a su hijo y ofrece en la calle lo que sabe hacer. Siempre en continuo movimiento, Alanis deberá pelear por encontrar su lugar.

Abordando la realidad de la cinta, Berneri escribió que describe tres días en la vida de una trabajadora sexual y su pequeño hijo. Lo hace en una Buenos Aires multiracial, marginal e inmigrante. «Las prostitutas dominicanas -señala- que llegaron engañadas con un futuro mejor, las peleas por ganar un lugar en la calle y los apartamentos privados. El vacío legal, la persecución y la vergüenza de quienes ejercen un trabajo, son víctimas de una forma de esclavitud o simplemente encontraron una forma de sobrevivir».

Sobre la realidad de la protagonista, dijo que para ella Alanis es un personaje muy digno, que tiene la dignidad como bandera. «Nosotros no queríamos mostrar un personaje que fuera solamente una víctima. El gran desafío era retratar un personaje que quiere cambiar su realidad, que tiene un motor muy grande y que acciona en ese sentido».