Se trata de un producto de animación francés que lleva por vez primera a la pantalla grande, una serie de animación gala de considerable éxito entre los pequeños de 3 a 12 años y que ha dirigido un David Alaux entregado por entero a este género que hace su debut en el cine como realizador, pero que había firmado dos largometrajes para la televisión. Nos cuenta la historia sorprendente de Maurice, un pingüino, pero hay un tigre dentro de él. Criado por una tigresa, lejos de ser un ave marina se ha convertido en un profesional del kung-fu.