El titulo tiene sentido, sí, no se crean... lo tiene. El mismo día 6, domingo, me planté como siempre en mi gimnasio a «sudar la gota gorda» navideña y sentirme cual «gacela alada» tras dejar los kilos de grasas varias encima del power pilates, por ejemplo o corriendo como Bridget Jones al ritmo de un buen musicón en los casquitos... y cuál fue mi sorpresa cuando en la sauna, la piscina, la sala y el mismo hamman no cabía un alfiler. El metro cuadrado cotizaba más al alza que la bolsa de NY o la milla de oro de Beverly Hills. Un codo más alto que otro y corrías el riesgo de limpiarle una legaña a la vecina o sacarle un ojo al de al lado... Así están las cosas. Empieza el mes milagro, ese en el que como sacados de un cuadro de Picasso o de un cómic de Moebius los ojos se nos salen de las cuencas al leer las dietas de tal o pascual... Después de comer como locos, ahora toca la vida detox, y acorde a la cuesta de enero hay que subirla en sentadilla si cabe para que, de paso, los cientos de calorías se queden junto al préstamo del banco para superar el dichoso mesecito. Menos mal que el «fresquito» acompaña. El mismo viernes os recomiendo tomar nota de los consejos de mi buen Juan Miguel Pérez Díaz que me ha recetado tres botes de colágeno y unas vitaminas, un régimen detox, una reprimenda por los excesos y unas cuantas sesiones de vitaminas y teoxan para esas bolsas que los ojos me atesoran, a mí y a toda la humanidad post navidad. Me iré con un buen ritmo a gozarla con Iván Serrano en la Peña del Tango, donde pienso moverme todo lo que pueda (con o sin pareja) para que el ejercicio me deje como nueva (en todos los sentidos).

El sábado habrá que correr. Y los señores del Rotary de Elche han montado, solidaria como todo, una carrera fetén: 10k Illice Inaer, o sea diez kilómetros de los de bajar el turrón o subirte el calor hasta sudar el alma del vino de Nochebuena (por poner un ejemplo, vaya). Si quieres acompañarlo de algo sano que comer, la Muestra Mercado de pequeños agricultores y artesanos, en Carolinas de Alicante ciudad, es genial. El huerto ecológico y urbano que la Asociación R que R de vecinos impulsa con un tesón admirable. Y, con la misma, gozarla entre gente buena con una cerveza artesanal y mucho sentido de la vida. Porque la mejor dieta es la vida misma, el detox de los amigos y la risa. Donde esté eso que se quite la proteína y todo lo demás. Y de ahí, se me antoja, contaros el Taller de Feldenkrais, toma ya€

En Flow, un espacio de arte y cultura de esta ciudad de Alicante, María González te enseña sintonía postural con el mundo y tu cuerpo, cultura de educación somática, para reconciliarte totalmente contigo mismo. Esto promete, sí. Pero si quieres seguir el ritmo, quizás debes esperar a que una buena aula de mantras, en la Fundación Sakya de Pedreguer, te dé motivos para sanar alma y cuerpo el domingo. Y si no consigues con ello y una buena vuelta por las librerías encontrar cómo quieres volver al mundo real, yo creo que tienes otra solución. Una más creativa€ esperar a que al caer la luz, en Rojales el mentalista Anthony Blake te hipnotice y, como sin saberlo ni verlo, desaparezcan todos los excesos, volúmenes y demás «molestas» consecuencias de las Navidades de un tirón (y sin dolor) o bien, lanzarte a la campaña del libro y hacer como que no miras y no te miran. Seguro que, como los niños, la sensación es estupenda. Feliz finde y una buena dosis de humor, que es el mejor milagro.