Es, por un lado, el biopic de un empresario norteamericano de leyenda, P.T. Barnum, pero por otro y por encima de todo es una inspiradora historia que cuenta el camino de la pobreza a la riqueza de un intrépido soñador surgido de la nada para demostrar que todo lo que puedas imaginar es posible y que todos, sin importar cuán invisibles sean, tienen una formidable historia digna de un espectáculo de categoría mundial.

Debut en la dirección del australiano Michael Gracey, estamos ante un musical que estalla en un reino de ficción imaginado con audacia, lleno de contagiosas canciones pop, bailes glamurosos y una celebración del poder transformador del espectáculo, el amor y la fe en uno mismo. Gracey mezcla canciones originales de los ganadores del Óscar Benj Pasek y Justin Paul, ( La ciudad de las estrellas-La La Land) con un reparto de talentos encabezado por el nominado al Óscar Hugh Jackman, que incorpora al protagonista, para sumergir al público en los orígenes del entretenimiento de masas y las grandes celebridades en la década de los setenta de 1870. El resultado es una oportunidad de adentrarse en el recientemente conmocionado mundo de la edad dorada posterior a la Guerra Civil de Estados Unidos a través de la cultura popular que en aquel entonces acababa de despertar.

Es posible que P.T. Barnum haya vivido hace más de un siglo, sin embargo, para Gracey fue un fundador de nuestra época. El director considera a Barnum un pionero de los visionarios y empresarios actuales que han revolucionado la vida social; el Steve Jobs o Jay-Z de su época. El film es un ensueño musical, una oda a los sueños, no una película biográfica. Sin embargo, en su centro se encuentra la convicción de Barnum de que el monótono trabajo de la vida cotidiana es algo que se puede convertir en un reino de prodigios, curiosidad y la dicha de ser orgullosamente diferente. Gracey afirmó que «cuando el público acudía a experimentar un espectáculo de P.T. Barnum,era totalmente transportado a algo fuera de lo común, e intentamos hacer lo mismo en esta película de una forma actual».

«Barnum fue ciertamente el primero en llevar el entretenimiento a las masas de una manera realmente democrática», observó el productor Jenno Topping. «Porque el teatro y muchas de las formas artísticas -los conciertos y demás- se consideraban únicamente para la clase alta. Por lo tanto, fue un verdadero entretenimiento para el pueblo».

Hugh Jackman se dedicó en cuerpo y alma durante años a llevar esta historia a la gran pantalla, agregó: «No es exagerado afirmar que Barnum marcó el inicio del Estados Unidos actual, especialmente la idea de que tu talento, tu imaginación y tu capacidad para trabajar duro deben ser lo único que determine tu éxito. Él supo cómo crear algo de la nada, cómo convertir los limones en limonada. Siempre me ha gustado esa cualidad. Siguió su propio camino y convirtió en positivo cualquier contratiempo que sufrió».