Es un cuento dramático y potente de pasión, violencia y traición que se desarrolla en el ambiente vivaz y pintoresco de los años 50 y cuenta la historia de cuatro personajes cuyas vidas se entrelazan en el ajetreo y el bullicio del parque de atracciones de Coney Island. En este contexto coinciden: Ginny , una antigua actriz emocionalmente inestable que ahora trabaja como camarera en un restaurante de pescado y marisco; Humpty, el áspero marido de Ginny, operador del tiovivo; Mickey, un joven y guapo socorrista que sueña con llegar a ser dramaturgo; y Carolina, la hija de Humpty -a pesar de que no se habían visto durante años- que se esconde ahora de unos gangsters en el piso del padre.

Tras recuperarse de la conmoción emocional causada por su divorcio, Ginny encuentra consuelo casándose con su compañero del alma Humpty, una persona destrozada tras la muerte de su esposa y la pérdida de su hija Carolina, que ha huido para casarse con un matón del barrio. Humpty tiene problemas con la bebida y consigue a duras penas mantener su empleo, pero sí que le proporciona a Ginny, y a su problemático hijo Richie, un hogar, aunque sea un pequeño piso inmerso en el ruido de la animación de la famosa noria de Coney Island. Aunque Ginny encuentra un nivel de estabilidad con Humpty, se siente desconsolada por tener que abandonar su sueño de trabajar como camarera, por su matrimonio con un hombre más interesado en la pesca que en cosas más valiosas, y por su incapacidad para ayudar a Richie, que tiene sus propios problemas emocionales.

Woody Allen, cuya filmografía alcanza ya el medio centenar de largometrajes, siempre ha sentido un cariño especial por Coney Island, y todos recordamos que ubicó la casa de la infancia de Alvy Singer, el personaje de Annie Hall, bajo las ruidosas montañas rusas del parque. Allen tiene muchos recuerdos felices de cuando iba al parque durante su infancia. «Su momento álgido fue mucho antes de que yo naciese, pero cuando yo iba todavía era bastante divertido», dice. «Siempre me impresionaba. Allí había tantas personas pintorescas, y había actividades diferentes y complejas: era una atmosfera muy vital. Pensé que sería una atmósfera muy provocativa para ubicar una historia».

Fruto de un periodo de tiempo especialmente fecundo, entre 2016 y 2017, en el que dirigió Café Society, la serie de televisión de seis capítulos Crisis en 6 escenas -en la que ejerció también de actor- y otras dos películas, Wonder Wheel y A rainy day in New York, esta última ya en trance de postproducción, la que ahora se estrena es una historia en la que intervienen el amor y la traición. En opinión del cineasta, «si leemos teatro griego, a Stendhal, a Tolstoy o a Dickens, vemos que las relaciones de amor siempre están presentes, porque son las que causan a tanta gente mucha angustia y muchos conflictos. Conducen a situaciones y sentimientos complejos, profundos, intensos y dramáticos. En especial, siempre me han atraído los problemas que tienen las mujeres. Durante siglos, los hombres han tendido a ser menos abiertos sobre su sufrimiento. El código masculino no permite mostrar el sufrimiento».