Está basada en la prestigiosa novela homónima de Herman Koch y es un oscuro thriller psicológico sobre dos parejas que se enzarzan en un espinoso debate durante una lujosa cena en un restaurante de postín. Sucede cuando Stan Lohman, un simpático congresista candidato a gobernador, y su esposa Katelyn quedan con Paul, el problemático hermano pequeño de Stan, y su mujer Claire para una cena aparentemente informal en uno de los restaurantes de moda de la ciudad, la tensión se palpa en el ambiente. Stan y Paul llevan años sin hablarse, pero sus hijos adolescentes son muy amigos y han cometido un acto horrible que ha conmocionado a todo el país. La identidad de los culpables todavía no ha salido a la luz, y quizá nunca se descubra, pero aun así los padres deben decidir cómo proceder.

Según va avanzando la noche los cuatro comensales irán revelando sus verdaderas creencias sobre la naturaleza del ser humano y las relaciones se irán resquebrajando a medida que cada uno de ellos demuestre hasta dónde está dispuesto a llegar para proteger a sus seres queridos. La cena quiere ser una historia apasionante, llena de giros inesperados, compuesta como una escalofriante parábola sobre la cruda realidad que se esconde tras las apacibles vidas de la clase media. El director es el israelí Oren Moverman ( The Messenger, Rampart e Invisibles).

Desde que La cena se publicara en 2009, la novela de Koch se ha convertido en un fenómeno literario publicado en más de cincuenta países. El autor hila una historia oscura de confesiones inesperadas obligando a los lectores a preguntarse cómo reaccionarían en una situación muy incómoda. «Plantea una pregunta imposible», comentó el guionista /director Oren Moverman. «¿Qué harías si tus hijos hubieran cometido un delito horrible? ¿Hasta dónde llegarías para protegerlos?». Fue el productor Cotty Chubb quien le planteó a Moverman enfrentarse al enorme reto de trasladar el libro desde su Holanda natal a los Estados Unidos. «Más allá de adaptar la geografía del lugar, había que ajustar el mundo emocional y las metáforas que plantea el libro para encontrar analogías en nuestro entorno», comentó. «También quería cambiar el tono del libro, alejarme de la sátira para centrarme más en el dramatismo, que encaja mejor con la ideología de este país».