Dícese más o menos de ese hallazgo sopresivo que la vida te ofrece cuando andabas buscando otra cosa... O sea, lo que este viernes, más que menos, y de un mes que ya ofrece todo y nada a la vez, te puede ocurrir. Uno iba a por uvas y acaba en una sala de microteatro, como en las mejores historias de un guion. O una suerte de esos encuentros fortuitos que solo en Navidad se producen cada año, cuando al salir de casa, con la sana intencion de ir al gym, acabas en la taberna de Pepito con sonrisa puesta y alternando un vermut sin saber por que.... Serendipia es el momento en el que, buscando el amor puede que te encuentres a Luke Sky Walker entre las filas del estreno del año. No puedo ni imaginar cuandoe estemos en trance despues de saber, como en Terciopelo Azul, la verdadera vida misteriosa del cerebro del gran Pepe Calvo (el MUA es el prota de una tertulia única sobre Holy Interiors con Miguel Cereceda, Enric Mira y Juan Antonio Roche que promete). Esta tierra es una caja de sorpresas y cultura que, de vez en cuando, nos deja atónitos por el talento increíble de cada rincón. Entre las colas de los cines abarrotados por nuestra pasión por La Guerra de las Galaxias y Los últimos Jedi, se cuelan grandes logros que os recomiendo. Gente como el colectivo Mediterraneo Audiovisual o el recientísimo Alicante Audiovisual con gente como Maxi Velloso o José Antonio Pedrosa, hacen posible que haya milagros de Navidad. Y así, Colores es el último milagro de nuestro cine local. Un corto hecho por Arly Jones y Sami Natsheh, unos genios de esos que hemos creado en nuestro entorno, con la capacidad de hacer soñar a los mismo académicos de los Goya, donde han irrumpido esta semana con la mejor opción del mundo. Ellos y Tito, son los protas de una historia que me lleva a otro sitio que os recomiendo, Bañeres de Mariola, donde entre otras cosas reside la «jardinera» pública femenina más genial de España (y os lo digo yo..) es además tierra de historias felices y gazpachos increíbles que, ahora por Navidad, se transforman con el olor a la leña de siempre. Este finde puede ser una ocasión increíble para visitarla. Y al bajar, no perderse lo último de una sala, cafe y club de música increíble. El centro cultural Villavieja 6 se desbordara de jazz con Ludmila Salazar y los increíbles músicos que Pepe Bornay, entre otros, abandera junto a clásicos de nuestra historia que han hecho historia... Nunca mejor dicho. No se puede estar más agradecido a gente como ellos por la pervivencia de una cultura que no es facil de mantener. La Navidad es ese momento único del que, junto a la vuelta a casa, como el anuncio, cabe no perderse esos momentos de magia. Serendipia, una vez mas, vuelve a mi cerebrito para recordarme que, mientras buscaba bolas de cristal, he acabado por querer pisar ese pedazo de Mercado de Diseño que me transforma el día en una suerte de belleza, música, cocina o vida para todos los sentidos. Mira que me gusta el espacio de la antigua Estacion de Autobuses... es nuestro pequeña aportación multidisciplinar a la vida misma. Objetos, ideas, dibujos, vivir... comprar aportando algo a quienes todos los días necesitan que les demos alas... Ahora que mi hijo me ha dicho a las bravas que quiere estudiar Arte Dramático, y no me ha dado un pasmo.., ahora es cuando esa Serendipia se transforma en la forma de vida de todos los talentos que tantas veces no dejamos nacer, y menos apoyamos vivir... Este diciembre que se va con el año y que deja buen sabor de boca, entre garrapiñadas, cocidos con pelota de esos de la Vega Baja o unos cuantos villancicos en los coros de nuestras tierras (recomiendo el interior: Sax, Elda o Monóvar para vivir una mañana de Nochebuena increíble por sus calles..) es el momento de volver a repasar y apoyar cada rincón de cultura en todos sus sentidos. Y la cocina también... Así que no os perdáis este finde la preparación de las compras navideñas en los mercadillos, como el de Benimagrell o La Nucía o los mercados de cada pueblo y ciudad. En Altea las bolas de cristal artesanales o en Gata de Gorgos unos canastos que rellenar de plantas de Navidad serían el ideal. Y si hay ganas, y contribución al sueño, un viaje a los altos del Pou de la Neu, donde las nuevas nieves y el aire de pino y abeto os recordará ese aroma de toda la vida. Una vuelta por Ibi, unas compritas en Xixona al bajar y un cafetazo en la playa de Campello con la puesta de sol. El Lobo Marino sigue siendo ese sitio donde el atardecer no tiene fin. ¡Disfrutad! Y si os quedan ganas, no dejéis de hacer una pequeña excursión por las tierras del vino. Es también ese momento de buscar entre El Pinós, Monóvar o Salinas una de esas tardes de prueba para el menú navideño, no solo con nuestros grandes vinazos de bodegas conocidas, sino rebuscando en esos pequeños lagares que algunos mantienen todavía , vinos incluso como el vermut que Primitivo Quiles sigue manteniendo como una reliquia y que ahora, con el Fondillón, recobra actualidad. Es momento de disfrutar, y, de paso, si cuadra, de vivir con Serendipia. Osea, a lo que ocurra... Feliz finde antes de Navidad, ya toca...