Fue una de las grandes sorpresas del Festival de Cannes, una producción independiente norteamericana de reducido presupuesto que se hizo con dos galardones importantes, el premio al mejor actor para Joaquin Phoenix y el de mejor guión para Lynne Ramsay. Incluida por la prestigiosa revista Variety como una de las 10 mejores películas vistas en Cannes, formó parte, asimismo, de la sección Perlas del Certamen de San Sebastián De ella dijo la crítica que Lynne Ramsey retrata a un protagonista demoledor y psicológicamente perturbado que salva a otros pero es incapaz de salvarse a sí mismo.

La cinta tiene como elemento detonante una serie de hechos traumáticos: una adolescente desaparecida y un ejecutor brutal y atormentado en una misión de rescate.

La corrupción y la violencia hacen despertar en el protagonista a la bestia que lleva dentro y la venganza que se convertirá en su motivación.

Basada en la novela de Jonathan Ames, es el tercer largometraje de la directora Lynne Ramsey, que debutó en la gran pantalla con Ratcatcher en 1999 y que en 2011 conmocionó a la sociedad norteamericana con un producto explosivo, Tenemos que hablar de Kevin sobre la adolescencia asesina.

Su última cinta es la historia de Joe, un ex marine y ex agente del FBI, solitario y perseguido, que prefiere ser invisible. No se permite ni amigos ni amantes y se gana la vida rescatando jóvenes de las garras de los tratantes de blancas. Un día recibe la llamada de un político comunicándole que su hija ha sido secuestrada...