Nos devuelve a la Sofia Coppola de Lost in translation y Maria Antonieta y es el sexto largometraje como directora de una cineasta que se mueve en todos los terrenos, desde la interpretación y la dirección hasta la elaboración de guiones y fotografía. Adaptación de la novela de Thomas Cullinan, es la segunda versión cinematográfica del texto, que dirigió en su primera versión Don Siegel en 1971 y que interpretaron Clint Eastwood y Geraldine Page. La historia se desarrolla durante la Guerra de Secesión en un colegio femenino del sur de Estados Unidos. Sus alumnas viven allí refugiadas del mundo exterior hasta que descubren a un soldado enemigo herido y deciden acogerlo. Su presencia en la institución despertará tensiones sexuales y peligrosas rivalidades que incitarán a romper todos los tabúes en un inesperado giro de los acontecimientos.

En esta película Coppola vuelve a reunirse con dos de sus actrices favoritas, Kirsten Dunst y Elle Fanning, y dirige por primera vez al ganador de un Globo de Oro Colin Farrell y a la oscarizada Nicole Kidman.

Intrigada por la cinta previa, la directora quería explorar el tema de las mujeres aisladas durante dicho conflicto. Para escribir la adaptación cinematográfica, volvió al libro con la intención de contar la historia en su película desde el punto de vista de los personajes femeninos. Aunque se palpa la tensión (y no solo sexual) a lo largo de toda la historia, Farrell se sintió atraído por lo que él califica de un guión «extraordinario» porque «analiza cómo se puede llegar a perder la inocencia mantenida en tiempos de guerra. Además, explora cómo se pueden despertar los aspectos más animales del comportamiento humano y hacer que lo impregnen todo, pese a no estar en el frente combatiendo. La violencia del corazón humano es una temática atemporal, independientemente del periodo en el que tenga lugar una historia».

Kirsten Dunst señaló que se trata de una historia gótica sureña, con aspectos que se esconden bajo una aparente calma... hasta que llega el punto de ebullición y se produce la explosión. «No es terror -añadió-, pero se percibe un cierto grado de horror en la historia, con intensidad y destrucción, una receta que resulta aún más irresistible al darse entre mujeres».

Nicole Kidman afirmó que le pareció muy emocionante trabajar con un grupo de mujeres y luego meter a Colin en la ecuación. «También me encanta apoyar a Sofia como directora; siempre me ha parecido que crea películas muy atmosféricas con un estilo totalmente personal».