Si hay una pieza de mobiliario que me viene a la cabeza si pienso en verano y decoración mediterránea esa es la silla CH24. Este icono del siglo XX para descansar las posaderas es desde su aparición en escena muy conocida y apreciada en la decoración de interiores.

Su autor Hans J. Wegner, un danés aprendiz de carpintería que acabó con la carrera de arquitectura bajo el brazo, nunca entendió el gran éxito y popularidad de este pieza, ya que según él, contaba con muchas otras obras en su currículo creativo con más papeletas para ostentar dicho reinado ¡Pero así es el diseño!

A mi me encanta por su ligereza y simplicidad, el respaldo en madera curvada y el asiento de mimbre natural, ya que la hacen perfectamente adaptable a cualquier ambiente, pudiendo mezclarla con mesas tanto rústicas dándole a esta silla nórdica ese aire de campo y playa, o combinada con una mesa metálica ultramoderna ¡Todo vale con la CH24!

A todo esto hay que sumarle su calidad extrema y resistencia, no te dejes engañar por su aspecto liviano, esta silla está diseñada para aguantar carros y carretas como largas tertulias de sobremesa, años y años de uso y alguna que otra mudanza.

Ahora además contamos con la CH24 en más acabados y colores, lo que nos da muchísimo juego y la convierte en la candidata perfecta para dar ese toque de originalidad y diseño a nuestro comedor, recibidor o escritorio, y es que la silla CH24 queda bien donde la pongas por su elegancia, y sigue despertando fascinación por los siglos de los siglos.