Pues pese a ser el color oficial de la mala suerte, para mi el amarillo es el súper color del verano, diría que casi por encima del clásico blanco.

El amarillo favorece a tope la piel broceada, es energético a más no poder y jamás permitirá que pases desapercibida ¡Y eso mola mucho!

Si optas por una pieza de este llamativo color combínala con otra más relajada en plan beige, nude o blanco para empezar, pero si eres de las atrevidas prueba con estampados en blanco y negro con rayas o lunares sin problema, para luego lanzarte al total look en amarillo, que aunque parezca complicado, a mi me vuelve loca y ya puse en práctica a principios de primavera, hazlo en maxi vestidos, un dos piezas de short y camiseta o un jumpsuit híper vitaminado.

La versatilidad de las prendas en amarillo está garantizada las 24 horas de los días estivales, en bikinis, vestidos frescos, bodies irresistibles para combinar tus jeans favoritos, o trajes de noche para esos eventos transcendentales anotados a fuego en nuestra agenda, y es que siempre queda bien en todo momento ¡No lo dudes!

Así que deja atrás quedaron las supersticiones y anímate con este color en alguna de sus tonalidades, desde el encantador amarillo empolvado, dulce y delicado al divertido amarillo flúor combinado con el negro y en plan ochentero, pasando por el típico tono huevo.

¡Inspírate en el streetstyle y déjate iluminar por este rayo de sol!