Ha sido calificada por la crítica como un espectáculo surrealista y delirante con un tremendo impacto visual y como el regreso al cine después de siete años de un Emir Kusturica que cuenta el amor, la pasión y los sentimientos que logran dominar la brutalidad de la guerra. Transcurre la primavera en tiempos de guerra. Cada día, un lechero atraviesa el frente en burro, esquivando las balas para llevar su preciada mercancía a los soldados. Bendecido por la suerte en su misión, amado por una hermosa aldeana, un futuro apacible parece esperarle? hasta que la llegada de una misteriosa mujer italiana da un vuelco a su vida. Así comienza una historia de amor prohibido y apasionado que sumergirá a ambos en una serie de aventuras fantásticas y peligrosas. El destino los ha unido, y nada ni nadie parece poder detenerlos.

«Para mí -señaló el cineasta de Sarajevo-, el cine sigue siendo una experiencia y un trabajo tan intenso como la primera vez». Kusturica confiesa que ha dirigido un cuento de hadas moderno y, al mismo tiempo, ha sido tan emocionante como todas las películas que ha realizado. «Descubrí la belleza y descubrí mundos intensos, humanos. En la vía láctea nace de numerosas capas de mi propia vida».