Los grandes centros de datos repartidos por todo el mundo, los servidores de multinacionales y pequeñas empresas, y los grandes conglomerados tecnológicos que gestionan la «nube» funcionan, en la mayoría de casos, con procesadores de Intel. Pero los retos que está planteando la nueva economía y el futuro próximo de la tecnología ha llevado al gigante norteamericano de los procesadores a reinventar el concepto de «servidor». Y es que, pese al aplastante dominio del sector que está ejerciendo desde hace años, el dicho de que «no hay que dormirse en los laureles» lo llevan a rajatabla en la empresa californiana. Y prueba de ello ha sido la presentación en Nueva York, esta misma semana, de una nueva familia de procesadores pensados para facilitar la llegada de la tecnología que veremos a lo largo de la próxima década.

La potencia de mañana

En el evento celebrado en Nueva York el martes, la compañía presentó su nueva estrategia de centros de datos, que permitirán la necesaria evolución e implantación de tecnologías de las que se lleva hablando mucho tiempo.

Las redes 5G, el internet de las cosas y especialmente la inteligencia artificial son tecnologías que están evolucionando pasito a pasito, pero que gracias a la nueva familia de procesadores escalables Intel Xeon Platinum, podrán avanzar a pasos agigantados.

La clave de este salto evolutivo está en la creación de una nueva arquitectura del procesador llamada Mesh. Esta nueva forma del chip hace que se aumente considerablemente no solo su rendimiento, sino también su eficiencia energética. Por ejemplo, esta nueva tecnología ha demostrado ser hasta cuatro veces más eficiente en aplicaciones como las relativas a las máquinas virtuales.

Rendimiento real

Los tests más importantes que Intel ha realizado con esta nueva plataforma han sido en situaciones de trabajo reales. Así, empresas como Telefónica, Huawei, IBM, SAP o Ericsson han visto como el rendimiento obtenido con la nueva familia de procesadores escalables era muy superior a los anteriores.

Uno de los casos más destacados ha sido el de Telefónica. El gigante español de las telecomunicaciones reportó a Intel un aumento del 67% en la eficiencia del enrutamiento de datos al utilizar estos nuevos procesadores. Y esto es solo el principio. Se avecinan grandes cambios.