Se trata del tercer y, en teoría, definitivo capítulo de la serie más reciente de El Planeta de los Simios, que inició su andadura en 2011 con El origen del Planeta de los simios, que dirigió Rupert Wyatt, y que prosiguió en 2014 con El amanecer del Planeta de los Simios bajo la dirección de Matt Reeves. Una trilogía, por supuesto, plenamente inspirada en la impactante cinta de Franklyn J. Schaffner de 1968 El Planeta de los simios, un clásico indiscutible de la ciencia ficción cuyos planos finales con la Estatua de la Libertad semienterrada en una playa han impresionado a millones de espectadores. En esta conclusión se combinan acción, nuevas ideas y una narración para empujar la saga hacia reinos de creación al mismo tiempo que explora los valores que forjan una civilización.

Todo cobra vida con la interpretación de Andy Serkis, de nuevo en el papel de César, y gracias a los efectos visuales de Weta Digital. Entre los personajes inolvidables se encuentran Woody Harrelson, dos veces nominado al Óscar, en el papel del coronel, el impetuoso soldado humano que cree que sólo una guerra apocalíptica puede salvar los últimos vestigios de la humanidad; Steve Zahn como Bad Ape, un chimpancé solitario que aporta el corazón y el humor de los simios en su hora más oscura; Amiah Miller como Nova, la niña humana que se convierte en un vínculo inesperado entre los simios y la humanidad; Aleks Paunovic como Winter, el imponente pero ansioso gorila blanco; Michael Adamthwaite como el lugarteniente gorila de César, Luca, que forja un vínculo con Nova; y Ty Olsson como Rex, un gorila renegado que trabaja para el coronel como su burro.

Con más simios que nunca, incluyendo una docena de personajes clave, cuando todo se vuelve contra el homo sapiens, la película también por primera vez incorpora la captura de movimiento en las escarpadas y congeladas montañas y un mundo de nieve; todo capturado en un formato de 65 mm bajo el ojol del director de fotografía Michael Seresin, y acompañado de una banda sonora del ganador del Óscar Michael Giacchino.

Para Reeves, que regresa a la franquicia para dar el siguiente paso después de El amanecer del planeta de los simios, la ambición a gran escala de la tercera película era clara: seguir la historia de los simios, cada vez más capaces y verticales -aunque también más perseguidos y cuestionados- no sólo durante la espectacular guerra total, sino en un agitado territorio psicológico, mientras César lucha para mantener sus instintos más humanos.

Reeves se dio cuenta más que nunca de que la trayectoria de los simios refleja los mitos arquetípicos de la humanidad. «En el momento en el que empieza esta historia, ya no hay más paz con los seres humanos, lo que empuja a César a un conflicto profundamente emocional y universal», describe Reeves. «Lo que es realmente emocionante es que al explorar los dilemas internos de César en este momento tan profundo, tenemos la oportunidad de ver una batalla que todos conocemos: la guerra entre nuestra inteligencia, nuestra empatía y nuestro instinto, y la manera en la que todo eso define nuestra humanidad».

El productor, Peter Chernin, afirma: «Desde el principio, siempre pensamos en esto como una historia de tres partes, que comenzó con el nacimiento de César; después le vimos convertirse en un inocente héroe como líder de los simios y en un líder inteligente y compasivo; y ahora se le pone a prueba, tiene que crecer y convertirse en un héroe aún más grande. En un mundo en el que nacen simios inteligentes, sabíamos que inevitablemente se produciría este conflicto final con los humanos. Hemos llegado a un momento increíble de la historia. Es la apoteosis del viaje de César, en el que podremos verle luchar y en el que veremos su alma. Eso es lo que siempre quisimos hacer con esta saga: explorar el abanico completo de una manera que nos inspire y nos ayude a pensar en lo que significa ser humano».