Es una historia de amor, declaró su director Terry George, ambientada durante los días del genocidio armenio, una de las mayores y menos conocidas catástrofes del siglo XX. El film es también un intento de recuperar a toda una nación que desapareció de los libros de Historia gracias a la negación colectiva y a la conveniencia política. Finalmente, George señaló que La promesa es el resultado final de «una historia que exigía ser contada con un tratamiento cinematográfico».

Transcurre el año 1914, a medida que se avecina la Gran Guerra, el poderoso Imperio Otomano se desmorona. A Constantinopla, antaño vibrante y multicultural, llega Michael Boghosian, decidido a convertirse en médico para ejercer en su pequeño pueblo en el sur de Turquía, donde musulmanes turcos y cristianos armenios han vivido en paz durante siglos. Cuando Michael conoce a Ana, una artista de origen armenio que acompaña al periodista norteamericano Chris Myers, su vida dará un vuelco. Pero cuando los turcos forman una alianza con Alemania y el Imperio se revuelve violentamente contra sus propias minorías étnicas, la pasión deberá dejar paso a la supervivencia. En tiempos de guerra se hacen promesas, pero también se rompen.

Quinta película del director de Irlanda del Norte Terry George, también guionista y que debutó en la realización con En el nombre del hijo en 1996. En años posteriores firmó, entre otras muchas, Un cruce en el destino (2007), The Shore (2011) y Hotel Rwanda, en 2004.

Interesado por el cine que aborda acontecimientos humanos importantes y creador de películas que nos sumergen en la historia de una forma visceral y excepcional, George reconoce la influencia en su obra de cintas como La lista de Schindler, Los gritos del silencio, Rojos, La batalla de Argel y dramas históricos como Un hombre para la eternidad, Doctor Zhivago y Apocalypse Now.

«Como cineasta, mi reto -dijo- es encontrar historias y personajes que me permitan sumir a los espectadores en unos acontecimientos sobre los que poco o nada sabían». «Mostrarles que el espíritu humano puede sobrevivir y triunfar en las circunstancias más adversas es una de mis intenciones. Ésa fue la motivación que tuvimos mi coguionista, el director Jim Sheridan, y yo», sentenció el realizador norirlandés.