Hasta el de Iniesta en el Mundial de Sudáfrica, no hay duda de que el gol de Alfonso en la Eurocopa de 2000 fue de los más míticos en la historia de la selección española. Una explosión de júbilo en el último minuto que valió una clasificación tras un partido de infarto con siete tantos. Han pasado prácticamente 16 años desde aquel 21 de junio que todavía persiste en la memoria de los aficionados. Se disputaba la última jornada del Grupo C, a la que se llegó con todo abierto y el desenlace fue histórico.

La selección entonces entrenada por José Antonio Camacho venía de un mal arranque en el que había perdido contra Noruega y ganado no sin apuros a Eslovenia. Se lo jugaba todo a una carta contra la Yugoslavia del tanque Savo Milosevic, autor precisamente del primer gol. De buenas a primeras La Roja, que entonces era todavía Furia, entraba al partido decisivo con el pie cambiado. Pese a los goles de Alfonso y Munitis, hasta tres veces estuvo España por debajo del marcador: 0-1, 2-1 y 3-2. Los tantos de Komljenovic y Govedarica la dejaban fuera de la Eurocopa y con un sabor amargo. Sin embargo, con el tiempo ya cumplido, se obró el histórico milagro.

Un penalti sobre Abelardo que transformó Mendieta, el gran especialista, fue el primer requiebro del destino. Era el 3-3 y todas las miradas se centraban en el reloj del árbitro, que estiró el descuento. Cuatro minutos después, en el 94', llegaba la explosión. Guardiola metió un balón a la olla que Urzaiz peinó hacia atrás para que Alfonso, de volea, batiera a un Ivica Kralj que se quedó petrificado. España estaba clasificada y dejaba a Yugoslavia pendiente del resultado del Noruega-Eslovenia, cuyo empate a la postre le dio también el pase.